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La revolución es un sueño eterno | Nicolás del Caño propone un gran partido de la izquierda, los trabajadores y socialista

En un gran acto realizado el pasado sábado, el dirigente nacional del PTS llamó a abrir la discusión para concretar ese objetivo. El encuentro se concretó en el Estadio Cubierto de Argentinos Juniors, en la Ciudad de Buenos Aires.

El diputado nacional del PTS-FIT llamó a enfrentar el ajuste ahora, no esperar al 2019, además de proponer a la izquierda abrir la discusión para construir un gran partido unificado de la izquierda anticapitalista y los trabajadores. El discurso del joven legislador trotskista fue publicado íntegro por el sitio “La Izquierda Diario” y lo reproducimos a continuación.

El discurso completo de Del Caño

Buenas tardes compañeras y compañeros, es un gran orgullo compartir este encuentro con ustedes, con tantas luchadoras y luchadores que están presentes en todo el país.

En estos meses se está descargando una verdadera catástrofe sobre el pueblo trabajador. Macri y el FMI están llevando a una profunda recesión al país mientras la inflación no para de crecer. Con la devaluación han generado ganancias extraordinarias para los especuladores que saquean el país, para los terratenientes que con Monsanto envenenan nuestras tierras, para los exportadores y para todos los que tienen sus millones de dólares en los paraísos fiscales, como la mayoría de los funcionarios de este gobierno.

Para el pueblo trabajador los resultados son muy diferentes: más pobreza, más desocupación, menos salarios, menos educación, menos salud.

Los que habían prometido “pobreza cero” nos llevaron a que hoy sean más de doce millones de personas pobres en Argentina. ¡La mitad de los chicos menores de 14 años son pobres en nuestro país! ¿Y cuántos millones más habrá en los próximos meses? ¿Cuántos desocupados, cuántos hospitales y escuelas cayéndose a pedazos?

Pero fíjense un solo dato nada más: con lo que se llevaron este año los especuladores por el pago de intereses de la deuda se podría haber dado ingreso mensual de $ 19 mil a cada uno de los hogares pobres del país de la Argentina, que suman cerca de dos millones.

Desde que Cambiemos asumió el gobierno se fugaron U$S 54 mil millones. Los bancos ganaron un 94 % con respecto al año anterior. Y los capitalistas que controlan el petróleo y el gas, que hace pocas horas nos sacudieron con otro tarifazo, tienen sus ingresos dolarizados.

Por eso, compañeras y compañeros, no podemos esperar al 2019, ¡el saqueo es hoy y tenernos que enfrentarlo ahora!

En Diputados se presentó el presupuesto del ’déficit cero’, al estilo De la Rúa y Cavallo. Los economistas a sueldo de los empresarios y el personal político del gobierno recorren se pasean por canales de televisión intentando explicarnos, diciéndonos que la crisis es porque se gasta mucho en los salarios del sector público, porque se gasta mucho en salud, educación, en las jubilaciones miserables de $ 8.500.

Son unos mentirosos profesionales. ¡La crisis es por el pago de la deuda! ¡Por la fuga de capitales! ¡No hay déficit cero para pagarles a los especuladores ni para los bonos que tienen los bancos! ¡Para ellos habrá un déficit récord, que será del 8 % del PBI!

Por eso, compañeras y compañeros, no hay ninguna salida realista a favor de las mayorías populares que no parta de una banca estatal única y dejar de pagar esa deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta a los especuladores.

Es un hecho que Macri y el FMI no podrían llevar adelante solos este saqueo. Alrededor del presupuesto 2019 hay una verdadera conspiración contra el pueblo que incluye a gobernadores de Cambiemos, del peronismo y, por supuesto, a los Pichetto y a los Massa.

Las burocracias sindicales, como dijo acá el compañero Montes, están en una tregua escandalosa. A lo sumo convocan a algún parito dominguero. Están dejando solos a los compañeros que están enfrentando al ajuste. ¡Por eso tenemos que recuperar los sindicatos para los trabajadores y acabar con la burocracia sindical traidora!

Las clases dominantes nos saquearon con el terror genocida, en el 89 con la hiperinflación y en 2001 con la megadevaluación del salario y el robo a los pequeños ahorristas. Nosotros, compañeros, no estamos condenados a seguir ese mismo camino, tenemos que reunir las fuerzas para enfrentarlos y derrotarlos.

Como desafío inmediato, este 24 de octubre intentarán posiblemente votar el presupuesto. Por eso tenemos que salir de este acto a pelear en cada lugar de trabajo, en los sindicatos y en los centros de estudiantes por imponer un verdadero paro nacional con millones en las calles.

Para las batallas que tenemos por delante, consideramos que hay tres propuestas fundamentales. La primera es levantar un plan de emergencia, que además de plantear el no pago de la deuda y crear una banca estatal única, contenga un aumento inmediato para los jubilados, que ningún trabajador pueda cobrar menos de lo que cuesta la canasta familiar, que se repartan las horas de trabajo para que no haya un solo desocupado, imponer el monopolio estatal del comercio exterior, expropiar a los terratenientes que parasitan nuestra riqueza nacional.

Y como explicaba Myriam al comienzo de este acto, contra los pactos a espaldas del pueblo, del FMI, Cambiemos y los gobernadores del peronismo, tenemos que imponer una asamblea constituyente, libre y soberana, que pueda debatir estas demandas y que sean las grandes mayorías las que decidan cuál es la salida a la crisis.

Tenemos que organizar la fuerza para derrotar el saqueo. Por eso nuestra segunda propuesta es reunir al activismo estudiantil, de los trabajadores, del movimiento de mujeres y a la izquierda clasista alrededor de cada una de las luchas para que triunfen. Apostamos a construir nuevas formas de coordinación obreras y populares para superar las trabas que imponen las conducciones burocráticas. Así estaremos en mejores condiciones de imponer un verdadero plan de lucha nacional que culmine en la huelga general hasta derrotar a Macri, al FMI y a los gobernadores.

Compañeros y compañeras, es claro que estamos entrando en una etapa convulsiva, tanto en nuestro país como a nivel internacional. No hace falta mirar muy lejos. En Brasil crece la polarización y avanza la ofensiva reaccionaria. Desde Estados Unidos, Trump amenaza con la intervención imperialista en Venezuela. Las guerras comerciales a nivel internacional plantean mayores convulsiones.

Por eso nuestra tercera propuesta es abrir la discusión para poner en pie un gran partido unificado de la izquierda, de los trabajadores y las trabajadoras que levante un programa anticapitalista y socialista.

Hoy no se trata de volver a variantes como el kirchnerismo, que frente a la crisis no plantean ninguna salida para superar el atraso y la dependencia. Que cuando estuvieron en el gobierno fueron pagadores seriales de la deuda, mantuvieron la extranjerización de la economía, mantuvieron las empresas de servicios públicos privatizadas, las tierras en manos de los sojeros y los viejos esquemas de corrupción en la obra pública. Y no olvidemos que, por ser aliados de la Iglesia, se opusieron al derecho al aborto legal, seguro y gratuito y a la separación de la Iglesia y el Estado.

Desde el Frente de Izquierda, junto con los compañeros del Partido Obrero e Izquierda Socialista, desde 2011 y pese a nuestras diferencias, venimos levantando una alternativa política de independencia de la clase trabajadora. El FIT tiene un claro programa por un gobierno de las trabajadoras y los trabajadores en ruptura con el capitalismo.

Por eso, cuando algunos sectores de izquierda se integraban al kirchnerismo y otros a variantes de centroizquierda como Luis Juez en su momento o Pino Solanas; cuando en el mundo se ponían de moda esos partidos reformistas como Syriza, nos decían que había que hacer esos partidos reformistas, nosotros alertamos sobre esas falsas variantes que hoy están aplicando en Grecia los planes de austeridad hundiendo a las masas populares en el hambre y la miseria.

Así, desde el Frente de Izquierda nos fuimos ganando el apoyo de sectores de trabajadores, de las mujeres y del movimiento estudiantil.

Está claro que hay puntos en los que no pensamos todos igual, que tenemos prácticas políticas distintas. Es parte de lo que tenemos que discutir.

Queremos un partido que no solo rechace los acuerdos con las variantes de centroizquierda y todas las que plantean mantener este sistema, sino que también queremos un gran partido que conquiste fuerza propia y que no pretenda reemplazar esa fuerza propia con acuerdos oportunistas con sectores burocráticos.

Un partido donde podamos debatir nuestras diferencias pero que salgamos a golpear con un solo puño en la acción, en la lucha de clases.

Como decíamos, los de arriba nos han declarado la guerra, pero desde abajo surgen nuevas fuerzas para enfrentarlos. Necesitamos incorporar a decenas de miles a la construcción de una organización superior que nos permita estar a la altura de las circunstancias. No alcanza con luchar por los propios reclamos, ya sean de los trabajadores, de la juventud o del movimiento de las mujeres.

Necesitamos poner en pie la fuerza militante que permita arrancarles los sindicatos y los centros de estudiantes a los burócratas y desplegar la fuerza de millones en las calles.

Por eso queremos convocar a los miles y miles de trabajadores y trabajadoras que enfrentan en serio el ajuste; a los centenares de miles que vienen apoyando al Frente de Izquierda; a los sectores más combativos del movimiento de mujeres y de la juventud; a los compañeros del Partido Obrero e Izquierda Socialista y a las demás fuerzas de izquierda que se reivindican obreras y socialistas; a que avancemos con urgencia hacia la construcción de un gran partido de los trabajadores, anticapitalista y socialista, que se ponga al frente de derrotar el saqueo y se proponga luchar por un gobierno de las y los trabajadores.

Un partido que luche contra la injerencia imperialista. Un partido que luche por el internacionalismo de los trabajadores y la unidad socialista de América Latina.

Por eso quiero invitar a todas las compañeras y los compañeros que están presentes en este encuentro, en todo el país a salir con la fuerte convicción de construir esta herramienta. No lo lograremos de un día para el otro, pero si sumamos a más compañeras y compañeros estaremos más cerca de conquistar esa gran organización. Un partido unificado de la izquierda y de los trabajadores en las fábricas, en los establecimientos, en los colegios y facultades, en los barrios, para que la lucha de millones no termine en una nueva frustración. Un partido con una estrategia y un programa para vencer.

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