La sustancia ya forma parte en el mundo de la lista de drogas prohibidas. Se la define como anestesia disociativa porque la persona no queda dormida, sino desconectada de su cuerpo y de su entorno. Crece su consumo en EEUU y Europa.
Gendarmes del Escuadrón 61 “Salvador Mazza” interceptaron el ilegal ingreso de 24 frascos de ketamina. Aunque el total llegaba a apenas 1,2 litros de producto utilizado para intervenciones quirúrgicas tanto en humanos como animales, el episodio generó preocupación. Es que el consumo no médico del producto viene creciendo en el mundo. En Estados Unidos las incautaciones han aumentado un 349% desde 2017.
Hoy se usa en todo el mundo como un anestésico seguro y eficaz, pero los jóvenes empiezan a darle un uso psicodélico. “Técnicamente se la define como anestesia disociativa, porque la persona no queda dormida, sino desconectada de su cuerpo y de su entorno. Los pacientes pueden parecer conscientes y tener los ojos abiertos, pero están desconectados de su entorno y no responden al dolor”, describe Eduardo Hidalgo, autor de un libro sobre la materia, Ketamina (Amargord, 2005).
Volviendo a la incautación realizada en el norte salteño, FM Alba reveló que a los frascos lo transportaban dos hombres que habían ingresado desde Bolivia a la Argentina por un paso ilegal, momento en que un patrullaje de rutina los detuvo. Se trata de argentino y un boliviano que transportaban una caja que contenía 24 frascos con etiquetas extranjeras. Las pruebas de Narcotest dieron resultado positivo para Ketamina, con un total de 1.200 ml (50 ml por frasco). El fármaco indicaba en el envase “uso veterinario”. Interviene la Fiscalía Federal Tartagal.
Siguiendo con la historia del uso psicodélico del producto, los especialistas indican que en las décadas de los sesenta y setenta, solo un pequeño grupo de iniciados en la psicodelia consumía esta sustancia. Con la aparición de la cultura tecno, su uso recreativo se popularizó. Aunque la ketamina tiene un potencial adictivo más bajo que sustancias como la cocaína, la morfina o la heroína, está demostrado que produce una rápida tolerancia y puede dar lugar a una severa adicción. Con el uso continuado, el consumidor debe aumentar la dosis para lograr el mismo efecto.