Mientras el Desarrollo Sostenible implica priorizar lo natural, en el primero de los conceptos esa noción está ausente y se caracteriza por una intervención artificial cada vez más sofisticada en lo natural.
En estas líneas, semanalmente, se ha esbozado una visión dentro de lo ambiental, que porta los valores del desarrollo sostenible, el cual no debe ser confundido con el desarrollo sustentable. La confusión ocurre en la utilización de estos conceptos, actualmente con mayor frecuencia con motivo de la alusión a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, por parte de empresas y gobiernos que justamente nada tienen que ver con el Desarrollo Sostenible.
Porque, fundamentamente, el Desarrollo Sostenible implica priorizar lo natural, un concepto, creo, expresamente ausente en el Desarrollo Sustentable, que se caracteriza por una intervención artificial cada vez más sofisticada en lo natural.
No es casual que el paquete tecnológico (el plan AgTech) que se pretende aplicar en el país para vehiculizar estas soluciones sustentables sea muy sofisticado, de acuerdo con los “avances” que continúan en el Siglo XXI. En particular, me refiero a la famosa biotecnología que interviene lo natural desde las mismas semillas, con modificaciones transgénicas y génicas.
Un paralelismo puede establecerse con lo que vivimos en la pandemia por la Covid 19, donde se ha fundado toda la esperanza en la elaboración y comercialización de vacunas fabricadas a partir de la intervención humana en virus, intervención genética, operaciones que pueden ya rastrearse desde hace décadas si uno se refiere a los registros de patentes de estos “eventos”, desechando la posibilidad de tratamientos efectivos probados pero combatidos por mellar la excelente oportunidad de negocio que significa la “innovación” por sobre moléculas antiguas utilizadas con anterioridad para hacer frente a otras enfermedades provocadas por coronavirus (SRAS 2003 -Síndrome Respiratorio Agudo Severo- y el MERS 2012 -Síndrome Respiratorio del Medio Oriente-).
Asimismo, en relación con el Desarrollo Sustentable (que no es Sostenible) en la agricultura, actividad primaria de gran interés, puesto que de ella provienen los productos de nuestra alimentación, en un país tan dotado como es la Argentina, los ecologistas vemos con horror la reciente aprobación del Trigo HB4 para cultivo y consumo humano, transgénico resistente a la sequía y al glufosinato de amonio, un agrotóxico mucho más dañino que el glifosato.
Al respecto, quiero recordar que en Francia, por ejemplo, está prohibido el cultivo de transgénicos, que también están prohibidos para el consumo humano. Estas regulaciones tienen en cuenta el principio de precaución (ante riesgos con efectos desconocidos, prevalece la no ejecución de ciertas actividades). En 2012, fue de gran impacto el “estudio Séralini”, a partir de su publicación en la revista científica Food and Chemical Toxicology -FCT-, siendo retirado luego de las críticas de científicos pro OGM -Organismos Genéticamente Modificados-, pero nuevamente republicado* en Environnemental Sciences Europe. En las conclusiones de un estudio** previo del mismo equipo de investigación, se expresa que no es aceptable someter a la población de todo el mundo a productos OGM que han sido estudiados sólo durante 90 días (se debería llevar los ensayos a 2 años -que es en efecto lo que se hace en el estudio de 2012 mencionado-) con animales de una sola especie de mamíferos.
Esta particular situación, si nos referimos a sólo un aspecto del Desarrollo Sustentable, nos hace reflexionar porque lleva a la opinión pública a un dominio sofisticado, del cual no se le informa nada, no se le consulta nada (contrariando el principio de participatividad, ahora también reconocido por el Acuerdo de Escazú, recientemente ratificado por nuestro país, que adquirirá carácter vinculante una vez cumplido el plazo de 90 días a partir de la ratificación por parte de México, es decir en febrero 2021). Incluso cámaras y asociaciones de productores no están de acuerdo con ciertas medidas de implantación de supuestos proyectos sustentables (como también supone ser el Acuerdo Porcino con China), por lo cual, el consenso para ello no está logrado.
Lo descripto ha alcanzado su grado cúlmine, al aprobarse el mismo día, el pasado 29 de octubre, una ley de etiquetado frontal de alimentos para dar mayor visibilidad a la presencia de ciertos contenidos que pueden ser nocivos para la salud, ya presentes en el etiquetado convencional cualitativa y cuantitativamente según lo establecido por las normas vigentes en nuestro país, mientras también se sancionaba una ley que incluye la confidencialidad en favor de los laboratorios farmacéuticos productores de las vacunas destinadas a la inmunización para la Covid19. Por un lado, una sobrepublicación, por el otro la minimización de la información disponible a la población, lo cual contradice regulaciones nacionales e internacionales en relación con el consentimiento informado y los derechos de los pacientes en relación con los tratamientos médicos aplicables.
En estos claros ejemplos, queda demostrado el tenor de los manejos en el Desarrollo Sustentable, el cual se quiere diseminar a todos los sectores de la actividad humana. Decisiones que son adoptadas por sectores preponderantes en sus dominios de actividad, concernientes a una gran población de individuos que ninguna posibilidad tienen de incidir en tales decisiones de gran implicancia en sus existencias.
Entre los métodos de “mejoramiento” genético se encuentra la tecnología CRISPR/Cas9, con la cual se transfiere, por ejemplo, ARNg -Ácido Ribonucleico guía- de virus a cultivos sanos para generar resistencia viral, siendo el resultado de estas operaciones especies resistentes a esos virus. Sobre esta técnica, uno puede preguntarse, ¿cuáles son los recaudos de seguridad (que no es eficacia) que se toman al respecto?
Ampliando el dominio de intervención de la biotecnología al ámbito de las vacunas de nueva generación, ¿se está teniendo en cuenta el significado y las implicancias de tales operaciones?
La sostenibilidad implica el respeto de premisas fundamentales, como la barrera entre las especies. La sustentabilidad, por el contrario, preconiza la intervención genética y transgénica en todos los reinos vivos de la naturaleza, en el vegetal y el animal con el pretexto del cambio climático, y ahora, con el pretexto de la pandemia Covid19, también en la especie humana (que forma parte, por cierto, del reino animal). Finalmente todo -vegetales, animales, humanos- entra en la órbita de estas modificaciones, con el mismo nivel de decisión por parte de los objetos intervenidos (dado esto así, dejamos de ser sujetos): no podemos ni alzar la voz, y quienes nos gobiernan consideran que eso es normal. El humano reducido a nivel del rebaño…
Concluyo aseverando con firmeza, que no se puede reivindicar el ecologismo desde el ataque a lo natural. Justamente en lo natural reside la principal diferencia entre la sostenibilidad y la sustentabilidad. Una oportuna ley en los tiempos que corren, ante el gran avance de la biotecnología, propiciado incluso a nivel gubernamental (quien es el permisor absoluto en estas cuestiones), sería la que obligue al etiquetado “Contiene OGM” a todo producto que provenga de la manipulación genética, para que los consumidores puedan elegir qué consumen (por el momento, con seguridad sabemos que no contienen OGM los productos certificados orgánicos, por los mismos postulados de su certificación con el sello “Orgánico Argentina”).
Para más información:
Republicación del estudio de Séralini. La ciencia habla por sí misma
Republicación del estudio de Séralini: La ciencia habla por sí misma
* Republished study: long-term toxicity of a Roundup herbicide and a Roundup-tollerant genetically modified maize
https://enveurope.springeropen.com/articles/10.1186/s12302-014-0014-5
** Genetically modified crops saffety assessments: present limits and possible improvements
https://enveurope.springeropen.com/articles/10.1186/2190-4715-23-10
Alimentos “transgénicos” e información del consumidor
http://www.alimentosargentinos.gob.ar/HomeAlimentos/Publicaciones/revistas/nota.php?id=436