sábado 27 de abril de 2024
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Humanity Projects | Los movimientos ciudadanos que buscan recuperar derechos

Son una reacción al avance y eventualmente la perpetuación de medidas dictatoriales inefectivas y dañinas surgidas en nombre de la crisis sanitaria y permean todos los ámbitos de la vida. (Sandra Carral Garcín)

Surgen a nivel planetario iniciativas salutarias que reúnen tanto profesionales de diferentes ámbitos como interesados en un replanteo, así como en la evaluación de los efectos de tales medidas, en oposición también a movimientos que quieren instalar el olvido o una “amnistía pandémica”.

Estos movimientos de ciudadanos surgen justamente porque se trata de reunir iniciativas de trabajo serio en áreas que no están siendo tenidas en cuenta a nivel de los organismos gubernamentales, enrolados (como lo revela el último documento emitido en Indonesia en el marco del G20: Bali Leaders’ Declaration) en un continuo de medidas que justamente son las causantes de diversos desmadres que han ido explotando en diferentes ámbitos, no sólo en el sanitario, exponiendo a la humanidad a lo opuesto de lo que se quiere lograr como metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Lamentablemente los mismos intereses que han dirigido el mundo al estado actual de crisis, son los que van a “resolver” los problemas por ellos creados, en una conjunción de ámbitos públicos-privados que en realidad, como se ha visto a lo largo de la pandemia COVID-19, sólo favorecen a los privados, empobreciendo a los públicos, quedando los ciudadanos expuestos a la pérdida de los derechos conquistados a lo largo de innumerables luchas, con lo cual la ganancia de los estados será el control de los mismos, para la prevalencia de las ganancias de emporios tan inmensos que se van cargando las libertades y vidas de todos aquéllos que no son cómplices, sin que haya, hablando masivamente, ningún contrafuego sobre tales avances.

La realidad de esto se ve porque aún no se ha establecido oficialmente el origen del SARS-CoV-2, aunque gana sustancia la hipótesis del origen artificial en ensayos de investigación. A pesar de esta incógnita, crece la ambición de la implantación de un pasaporte de salud internacional, de manera que no sea posible viajar si no se cuenta con el tan preciado documento, para el cual será necesario someterse a las inoculaciones u operaciones (por ejemplo tests) que comprueben que ciertos requisitos son cumplidos por el viajero. Recordemos que la inoculación COVID-19 no es garantía de ningún estado sanitario, puesto que los inoculados pueden estar infectados por el virus con el cual se ha cambiado el normal desenvolvimiento de la vida de los ciudadanos del mundo, para mal, y para bien de los grandes laboratorios con ganancias multimillonarias, quienes sin demostrar efectividad en la inmunización deseada, vacían las ya desvencijadas cajas de los estados que aportan los cuerpos de sus ciudadanos para tales fines, puesto que sin la inoculación no hay ganancia (una especie de trata de personas, como también se ha evidenciado con la aplicación masiva de protocolos de internación sin base científica para los supuestos enfermos COVID-19).

Llama la atención que no se apliquen controles exhaustivos a los laboratorios implicados en la investigación de virus, cuando para prevenir pandemias como la COVID-19, sería más lógico comenzar por quienes puedan ser los potenciales manipuladores de estas especies, que aún en un marco de seguridad pueden escapar, como era la hipótesis del profesor Luc Montagnier, quien manifestó que el SARS-CoV-2 era un producto de la investigación de vacunas que podría haber escapado accidentalmente. El ciudadano debería saber cuántos de estos laboratorios hay diseminados por el mundo, cuáles son sus líneas y seguridad de trabajo, sean públicos o privados, incluyendo en el listado todo otro establecimiento productivo (por ejemplo, de producción agropecuaria, donde pueda existir riesgo biológico por la concentración de animales, o por los productos biológicos que rutinariamente se aplican en tales instalaciones). No está demás pensar que pueden existir tales instalaciones (biolabs) sin ningún control o registro, además de aquéllas de tipo militar que por su carácter confidencial puedan no ser dadas a conocer.

Llama la atención también que los más interesados en las estadísticas de los efectos adversos de las inoculaciones sean justamente grupos independientes de todo interés: que sean los propios ciudadanos y expertos independientes los más motivados en este tipo de investigación, que debería ser más bien una inquietud de los propios gobiernos que quieren imponer estas medidas sanitarias supuestamente para el bien común, es decir, antes de que sea demasiado tarde y que los efectos nocivos sean diseminados en personas sanas a quienes se les aplican productos experimentales en forma reiterada.

Por ejemplo, en el artículo “The Dilemma of the Vaccinated”* se exponen las bases del V-Damage Project. Se trata de analizar diferentes bases de datos que provean información auxiliar (VAERS -Vaccine Adverse Event Reporting System-, V-safe -COVID 19 vaccines Safety monitoring system-, datos de compañías de seguros) con el objetivo de estimar el costo humano y el costo económico de las inoculaciones masivas en USA, para poder manejar la situación en los años venideros.

Para estimar las muertes relacionadas con la vacunación se utilizarán las bases de datos del VAERS y de sobremortalidad, de incapacidad (BLS -Bureau of Labor Statistics- disabilities, V-Safe database, VAERS Injuries, Insurance claims), de lesiones (V-safe Injuries, VAERS Injuries).

El proyecto V-Damage** es uno de los proyectos “Humanity Projects” de la empresa Phinance Technologies (los otros son: Excess Mortality Project -USA, UK, países europeos-, US Disability Project, Demographics Project).

Estas iniciativas son importantes en un mundo donde, como bien lo expresa la web de Phinance Technologies, “las instituciones reguladoras están capturadas por los intereses financieros y políticos, siendo éstas no motivadas o inhábiles para encontrar las cuestiones que se propusieron investigar y regular en nombre de los individuos de la sociedad. Sin una investigación imparcial y completa existe un riesgo de decisiones políticas equivocadas, en el mejor de los casos, y en el peor, negligencia y mala práctica. Esto nunca ha sido más evidente que durante la pandemia de COVID-19”.

Estas palabras resumen en un solo párrafo la actual situación: los ciudadanos no están seguros con las políticas de estado sean éstas establecidas internacional o nacionalmente, sobre todo si la soberanía nacional queda supeditada a lo que se decide afuera, sin tomar las medidas preventivas y precautorias adecuadas, tal como vigentes en nuestra constitución nacional y nuestro marco normativo.

La regresión de derechos se contradice con la supuesta impronta de inclusión. Es un contrasentido con la modernidad, pero a pesar de las declamaciones publicitarias, este no estado de derecho avanza, razón por la cual cada ciudadano debería estar alerta en resguardo a su calidad de vida y la de su familia. Es mucha la sangre derramada por la libertad de nuestra patria, y sería contradecir nuestra historia volver atrás.

Para más información:

* The Dilemma of the Vaccinated

https://rwmalonemd.substack.com/p/the-dilemma-of-the-vaccinated

** The Vaccine Damage Project

http://www.phinancetechnologies.com/HumanityProjects/The%20VDamage%20Project.htm

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