martes 14 de mayo de 2024
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Antenas de telefonía móvil en Salta y el mundo | El enemigo invisible al que no se le declara ninguna guerra

Mientras el confinamiento era general debido al COVID 19, se iban perfilando en los distintos barrios estas columnas de dispositivos que ahora ya son un punto de referencia en cualquier lugar urbano. (Sandra Carral Garcín).

Interesa, entonces, en un primer abordaje del libro “Antennes de téléphonie movile, technologie sans fil et santé”, del doctor (en medicina) Jean Pilette (2008), revisar algunos conceptos en relación con las microondas utilizadas por la telefonía móvil y por las tecnologías sin cable. En palabras del autor, ese documento tiene por objeto la educación del lector para ponerlo en conocimiento de las molestias que pueden provocar estas tecnologías, y de cómo protegerse de ellas o evitarlas.

Toda onda electromagnética porta una energía E en función de su frecuencia f: E = h x f, siendo h la constante de Planck (6,62607015 x 10 ^[-34] Joule x segundo -J.s-). A su vez, la frecuencia f es inversamente proporcional a la longitud de onda l: f = c / l (siendo c la velocidad de la luz en el medio, si es el vacío es aproximadamente 3 x 10^8 metros/segundo -m/s-), o sea a mayor frecuencia, mayor energía y menor longitud de onda, como ocurre en el caso de las microondas, ubicadas en la banda de altas frecuencias.

El doctor Pilette recuerda el origen del horno microondas a partir de militares que habían observado que era posible cocer alimentos poniéndolos en el área de incidencia de un haz de un radar en estado de marcha. Estos hornos utilizan la frecuencia de 2,4 Gigahertz -Ghz-.

Para comparación recordemos que el sistema de telefonía móvil 2G utiliza microondas de la banda de frecuencias de 900 Megahertz (Mhz) -las ondas vibran a 900.000.000 ciclos por segundo-; los sistemas 3G y 4G también utilizan microondas en la banda de frecuencias de 2,1 GHz y 2,6 Ghz (estas ondas vibran 2,1 y 2,6 miles de millones de veces por segundo).

En nuestro país*, por ejemplo, las bandas reservadas de frecuencias para 5G serían las siguientes: banda de 1500 Mhz (o sea 1,5 GHz), banda AWS-3 (1770-1780 Mhz / 2170-2200 Mhz), banda de 2300 Mhz, banda de 3500 Mhz, banda de 26 Ghz y la banda de 38 Ghz. Se trataría entonces de ondas UHF (Ultra High Frecuency, de 300 Mhz a 3 Ghz), SHF (Super High Frecuency, de 3 a 30 GHz) y EHF (Extremely High Frecuency, banda de frecuencias de radio en el espectro electromagnético de más de 30 hasta 300 Ghz).

Volviendo al análisis del doctor Pilette en relación con el horno microondas, se refiere a las reglas de seguridad para su utilización, siendo un equipo que utiliza la frecuencia más propicia para el calentamiento de la materia 2,45 Ghz. El calentamiento de los alimentos se produce haciendo vibrar las moléculas de agua de ellos, sin calentar el recipiente. La puerta del horno debe estar bien cerrada, es decir, las ondas deben permanecer adentro del horno, siendo las ondas capaces de calentar y cocer por su capacidad de producir efectos térmicos sobre la materia.

Sobre la base de estos efectos térmicos de las microondas se ha evaluado la energía (de las microondas) absorbida por materiales o tejidos vivos considerados como materiales inertes. La Tasa de Absorción Específica -TAS- en vatios/kg (W/kg) permite calcular el calentamiento teórico que tendrá un cuerpo luego de ser expuesto a las microondas (el doctor Pilette advierte que no se debe hablar por teléfono por largo tiempo, para evitar un “sobrecalentamiento” del cerebro).

Por otra parte, los efectos del calentamiento aportado por las microondas no son los mismos que el aportado por otras fuentes, lo cual fue probado por investigadores en una experiencia** de exposición de lotes de ratas a fuentes de calentamiento diferentes. Un primer lote fue expuesto a una fuente de microondas que produjo una elevación de temperatura de 2,2°C; y un segundo lote, a un calor radiante de horno de convección produciendo el mismo aumento de temperatura. Un relevamiento de varios parámetros biológicos reveló, por ejemplo, que la proporción de ácidos grasos saturados e insaturados había disminuído de manera importante en el primer lote (produciéndose como consecuencia una alteración de la estructura de las membranas celulares), mientras que había aumentado en el segundo lote.

El calentamiento de tejidos por las microondas puede producir la formación de radicales libres, verdaderos venenos endógenos de la célula. El calentamiento no necesariamente puede ser malo, sí lo es si sobreviene por las microondas, cuyo calor no es radiante. Con lo cual la importancia de la TAS es relativa para el doctor Pilette, puesto que si bien permite calcular la elevación de temperatura producida por las microondas, no da información sobre los efectos biológicos que tal aumento provocará.

Las microondas producen efectos térmicos diferentes de otras fuentes de calor, y también producen otros efectos no térmicos: los que se engloban dentro del “síndrome de las microondas” que consisten en fatiga, cefaleas, insomnio, impotencia, palpitaciones, problemas en la presión arterial, síntomas cutáneos. Aquí hay que distinguir también los efectos de una exposición aguda y los de una exposición crónica. La exposición a un fuerte intensidad de microondas puede ser muy peligrosa, por ejemplo, en el caso de trabajadores del sector.

La exposición crónica, por otra parte, significaría estar expuesto a débiles intensidades de microondas por mucho tiempo. Como el tiempo de latencia es amplio, difícil es que se establezca una relación entre la causa y los efectos una vez más presentes. Además, diferentes personas pueden reaccionar de forma diferente a la misma exposición.

Por último, siendo la densidad de potencia del campo electromagnético medido en vatios/metro cuadrado -W/m2-, la sola comparación entre los valores correspondientes a las emisiones de microondas naturales y las artificiales da una idea de la desmesura: se pasa, respectivamente, de un valor de 1 x 10^(-8) W/m2 (10 nanovatios -nW-) a un valor millones de veces más elevado. Los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (a partir de la Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones No Ionizantes, organización reconocida por la OMS) varían de 2,5 W/m2 a 10 W/m2 según las frecuencias, pero grupos de médicos y científicos solicitan que se disminuyan estos valores a un rango de mayor seguridad.

Esta temática es amplia e importante, se trata de una tecnología que debe ser implementada con las debidas reservas. Las regulaciones actuales no están tan atentas a las consecuencias biológicas por este tipo de contaminación, que es invisible pero que existe y está en vías de aumentar a la par del “progreso” tecnológico, del cual debiera medirse adecuadamente su impacto, como corresponde con todo tipo de instalación que incide en vida y salud de la población.

Referencias

* Redes 5G: la Argentina ya definió qué frecuencias usará para la nueva red de internet móvil

https://www.lanacion.com.ar/tecnologia/redes-5g-la-argentina-ya-definio-que-frecuencias-usara-para-la-nueva-red-de-internet-movil-nid24122021/

** Athermal alterations in the structure of the canicular membrane and ATPase activity induced by thermal levels of microwave radiation

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/8265788/

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