sábado 27 de abril de 2024
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Rescate de la montañista | “Fue gracias a la pericia y a la templanza de ella y de quienes la estaban buscando”

Carlos Clerici es miembro del Club de Amigos de la Montaña. Hoy habló del hecho que mantuvo en vilo a la ciudad: el extravío y posterior rescate de Analía Ibáñez Sierra de los cerros de Salta.

“Vivimos las últimas 72 horas con mucha preocupación. Fui optimista de que a Analía se la iba a encontrar viva”, dijo Clerici en el programa Cuarto Oscuro (FM La Cuerda 104.5). El montañista aclaró en la charla que su participación en las tareas de rescate se redujo a “alguna coordinación con la gente de mi Club y algún intento de búsqueda por otro camino alternativo que se preveía que podía haber utilizado como salida de Analía”. No obstante, su experiencia y conocimientos ayudaron a comprender un poco más lo ocurrido con la docente montañista.

“Sabíamos que se corría contra reloj porque el frente frío que ingresó a la provincia en el día de ayer y se asentó en la madrugada de hoy hubiese complicado todo si ella tenía que pasar una noche más en la montaña. Gracias a un gran esfuerzo y a un trabajo en equipo enorme se llegó a este punto. Todo el mérito es de quienes estuvieron allí en la montaña. Hay que ser claros: la Secretaría de Seguridad lo manejó muy bien y fue la que coordinó las tareas, los clubes de la montaña – tanto al que pertenezco como el Janahman – hicieron un aporte muy importante desde el conocimiento. Hubo gente de mucho fuste. La verdad es que el trabajo se coordinó perfectamente porque hubo muchísima gente involucrada. Analía fue encontrada gracias a la pericia y a la templanza de ella y de quienes la estaban buscando”.

Al ser consultado sobre la propia Analía Ibáñez Sierra, Clerici opinó: “No soy su amigo, pero la conozco. Formó parte de un curso de iniciación al montañismo que dictamos hace 5 o 6 años. Allí se dan las nociones básicas para esta actividad. Obvio, a esas nociones luego se la despliega con una actividad que, en el caso de Analía, fue intensa. Por eso cuando en estos días muchos hablaban de la docente, yo decía que Analía es docente, pero también es montañista. No estamos hablando de alguien que improvisadamente decidió subir esa montaña”, resaltó.

Puesto a opinar sobre qué es lo que pudo haber pasado, el montañista eligió la prudencia. “Una de las hipótesis que se manejaban es lo que finalmente terminó ocurriendo, aunque con las variantes del caso: que ella se haya despeñado en el descenso. Cuando venían descendiendo era de noche, tengo entendido – y ya lo corroboraran ellos mismos – que venían con poca batería en las linternas; seguramente se desviaron del camino original; y bueno, las laderas de esas montañas son muy escarpadas y claramente Analía tuvo una caída. La hipótesis que se barajaba fue que haya quedado en un lugar que por sus propios medios no podía seguir descendiendo o volver a ascender para retomar la huella; sea por las características del lugar o porque estaba lesionada. Tengo entendido que tiene un golpe muy fuerte en la rodilla y que habría perdido el conocimiento. Ahí hablo en potencial porque no tenemos certeza de ello”, explicó.

Durante la charla también se habló del rol del compañero de ascenso de la docente – montañista que no se percató del momento del accidente. “Me niego a conjeturar sobre el particular. Para hacerlo se debe tener un conocimiento acabado de las circunstancias que rodearon al hecho. Obviamente que la regla es no separarse. Por supuesto que la montaña no te permite caminar a la par, siempre va uno adelante y otro atrás. Muchas veces producto del terreno, los desniveles, el estado físico o por el ritmo de marcha de cada uno se producen algunas separaciones en los cuales se va teniendo contacto visual y auditivos. Pero también hay que ubicarse en la situación: llevaban muchísimas horas de marcha, seguramente venían agotados, sumale la oscuridad y que perdieron el rumbo en un terreno muy complejo. No sería extraño que en esas circunstancias se hayan distanciado unos metros más y que justo haya ocurrido allí cuando Analía perdió pie y el compañero no lo advirtió. Cuando volvió a buscarla en virtud de la caída, el lugar y la pérdida del conocimiento, no la habrá visto ni escuchado. Imagino que estando en el lugar buscándola y gritándole sin ver ni escuchar nada de ella, tal vez haya terminado siendo mejor que descienda a buscar ayuda y no quedarse dando vueltas poniéndose en riesgo él sin tener resultados positivos en la búsqueda de ella. Seguro cuando ella hable, vamos a saber con exactitud qué pasó. Pero hablamos de una situación crítica. Quién no conoce la montaña lo invito a imaginar un lugar a 4000 metros de altura, de noche, agotados, mucho frío, mucho viento y el compañero del que tenes cierta dependencia, de rompe y raja desaparece. Puede que ahí hasta una persona muy estrenada entre en pánico”, relató Clerici quien había aclarado que – al parecer – Analía Ibáñez poseía más experiencia que su propio compañero.

Finalmente, el montañista fue consultado sobre qué se puede aprender de lo ocurrido: “Para quienes no tienen conocimiento de la actividad, no hacer más de lo que uno sabe que puede hacer. Adentrarse a la naturaleza requiere responsabilidad y conocimiento. Y para aquellos que tienen conocimiento, no subestimar a la naturaleza. Lamentablemente en nuestra provincia no tenemos lo que se denomina ‘circuitos auto gestionados’: aquellos lugares a donde uno puede ir y en virtud de la cartelería, la folletería y los caminos marcados puede hacer solo un trekking. Por eso mi sugerencia es vayan a los clubes de montaña”, remarcó.

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