domingo 28 de abril de 2024
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La columna de Sandra Carral Garcín | La verdadera dimensión ambiental del Desarrollo Sostenible

Tras la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, devenida en crisis económica, se pretende utilizar el Cambio Climático como pretexto para “sostenibilizar” de palabra cualquier actividad tradicionalmente insostenible.

La sostenibilidad fuerte se basa, en pocas palabras, en el siguiente flujo de premisas esbozadas por el doctor Jean-Marie Harribey, economista francés, en un seminario del OFCE -Observatoire Français des Conjoctures Économiques- que data del año 2002*:

– El progreso técnico no es suficiente para reemplazar eternamente los recursos naturales extinguidos.

– Mantenimiento del stock de recursos naturales con utilización menor o igual a su capacidad de renovación.

– Los fenómenos físicos y biológicos son diferentes a los fenómenos económicos, razón por la cual es imposible reducirlos a una evaluación monetaria.

– Los tiempos físicos y biológicos son diferentes a los tiempos económicos.

– Aplicación del principio de precaución en caso de incertidumbre, y aplicación del principio de prevención, es decir, evitar la contaminación antes que indemnizarla monetariamente.

– Inserción de la economía en la biosfera.

Con estas claras y simples premisas, se puede detectar illico la sostenibilidad (o insostenibilidad) de cualquier actividad humana, lo cual resulta de suma importancia en la actualidad. Después de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, devenida en crisis económica de las más graves que ha transitado la humanidad, se pretende utilizar el Cambio Climático como pretexto para “sostenibilizar” de palabra cualquier actividad tradicionalmente insostenible, bajo la máscara del compromiso con algunos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS-. Éstos serían un buen marco de trabajo para el Desarrollo Sostenible, si no se estuviesen desvirtuando para la instalación (o renovación) de modelos que nada tienen que ver con el mismo.

La transición necesaria para hacer frente a tales crisis requiere tener en claro qué actividades humanas son sostenibles, o pueden realmente “sostenibilizarse”, y cuáles no. Por más que se quiera mejorar en ciertos campos, si es tan fundamental que su persistencia sea asegurada, todos sabemos, aún los no especialistas en el tema, cuáles generan cada vez más resistencia y oposición por sus propias características.

Pareciera que ahora el Desarrollo Sustentable, de débil sostenibilidad, en el cual se han apoyado muchos proyectos y actividades desarrollados en nuestro país y provincia desde hace décadas, se ha convertido en una mala palabra, razón por la cual, urge el cambio de denominaciones. De pronto la minería, la agricultura transgénica sustentada en más desmontes y aplicación de fitosanitarios, los criaderos de cerdos para la exportación de carne, y otras actividades de gran escala, por obra de magia y para contrarrestar el cambio climático, se convierten en “sostenibles” por el sólo compromiso de sus actores con el cumplimiento de algunos ODS.

El Desarrollo Sustentable no sólo ha fracasado por sus características de sostenibilidad débil, sino porque sus premisas no cumplen con la integralidad de lo que requiere el Desarrollo Sostenible. Y en Desarrollo Sostenible, comprometerse con las metas de algunos ODS, puede ser un avance hacia esa vía, una transición, pero no lo es si en el camino se trabaja en contra de otros ODS.

Tomemos como ejemplo la minería. Para ello, citamos algunos de los riesgos a prevenir en esta actividad, mencionados en el Informe de Situación 2020 sobre Minería y ODS** (Responsible Mining Foundation, Columbia Center on Sustainable Investment):

– En el ODS1 Fin de la Pobreza: obstaculizar los medios de subsistencia a través de la contaminación del aire y el agua y de la huella de las operaciones mineras, desplazar y reubicar a las comunidades afectadas por la minería sin disposiciones adecuadas para medios de subsistencia duraderos.

– En el ODS2 Hambre Cero: competir por recursos de tierra reduciendo el área disponible para la producción agrícola, contaminar los recursos terrestres y acuíferos que se requieren para la producción agrícola, dejar las tierras en condiciones no aptas para producción después de la actividad minera debido a una rehabilitación deficiente.

– En el ODS3 Salud y bienestar: exponer a los trabajadores y trabajadoras a riesgos de accidentes fatales, lesiones y problemas de salud física y mental; exponer a las comunidades afectadas por la minería a riesgos de salud y seguridad, exponer a los defensores de Derechos Humanos a riesgos de ser atacados.

– En el ODS6 Agua limpia y saneamiento: no evitar el drenaje ácido de minas, exacerbar la escasez de agua con la competencia por el suministro de agua, contaminar las fuentes de agua debido a la administración deficiente de residuos y a las fallas y fugas de las instalaciones de almacenamiento de relaves.

– En el ODS7 Energía asequible y no contaminante: aumentar la competencia por el suministro de la energía de redes eléctricas, aumentar el porcentaje de energías no renovables producidas y consumidas.

– En el ODS12 Producción y consumo responsables: atribuir los costos ambientales y socioeconómicos de la minería a causas externas.

– En el ODS13 Acción por el clima: amplificar las economías con una alta intensidad energética y de emisiones, exacerbar los impactos del cambio climático en las poblaciones y en el medio ambiente.

– En el ODS14 Vida submarina: descargar desechos y relaves en ríos, lagos y ambientes marinos

– En el ODS15 Vida de ecosistemas terrestres: degradar los ecosistemas y hacer daño a la biodiversidad debido a la contaminación y a la huella de las operaciones mineras, dejar problemas ambientales a largo plazo derivados de una rehabilitación inadecuada

La experiencia en nuestra provincia y país con el extractivismo no ha sido muy buena. Muchos de estos riesgos, no sólo en la minería, han sido la normalidad en los hechos desde que se instaló este modelo productivo, por lo cual es entendible la exacerbación que produce en las poblaciones afectadas (no siempre interesadas en ser desplazadas ni en las supuestas ventajas que se les suele ofrecer), y en los ecologistas en general. ¿Cuáles son las garantías que permitirían la tranquilidad social y la seguridad ambiental, en el caso de ser estas actividades necesarias para el aprovechamiento económico de ciertos recursos naturales? Al no ser buenos los antecedentes, no se puede acusar de idealistas, bucólicos o ignorantes a los reticentes a este modelo de desarrollo, que nada tiene de sostenible.

Referencias:

* Le Développement Durable est-il soutenable ?

https://www.ofce.sciences-po.fr/pdf/documents/seminaire4-02.pdf

** La Minería y los ODS: Actualización de la situación en 2020

La Minerìa y los ODS: Actualización de la situación en 2020

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