Pablo Pereyra representa a 29 colegios privados laicos que no reciben ningún tipo de subsidio provincial, a diferencia de otras 140 instituciones que gozan de jugosos aportes estatales a pesar de las altas cuotas que cobran a sus estudiantes.
Pereyra es docente y presidente de la Asociación de Establecimientos Educativos Privados de Salta (AEEPSa.). Hoy dialogó con CUARTO OSCURO – el programa que se emite por el aire de FM La Cuerda (104.5) – sobre la difícil situación que atraviesan y que sigue sin conmover a las autoridades provinciales. “La mayoría de los que reciben subvenciones dependen de la iglesia y están agrupados en otra organización católica. Nosotros agrupamos a los laicos”, explicó Pereyra.
“Hace 30 años que venimos solicitando que se incorpore a nuestros colegios al sistema. Hay un decreto que establece los requisitos que se deben cumplir para recibir el aporte estatal. El problema es que no se cumple el decreto porque la respuesta permanente es que no hay presupuesto. Todos los años recibimos la misma respuesta. No obstante, cada vez que hay una actualización de los salarios docentes en Salta, todos los colegios privados subvencionados piden un incremento a sus aportes aparecen los recursos que para nosotros no hay”, lamentó el profesor.
El presidente de la Asociación recordó que los colegios a los que representa contiene a 12 mil estudiantes y contratan a más de 1500 personas entre docentes, personal administrativo y de maestranza. “Las soluciones que nuestros colegios aportan al Estado es grande, más en estos tiempos en donde la pandemia lo complicó todo. Nuestras escuelas no dejaron de dar clases un solo día a través del uso de distintas plataformas y cuando hubo que retornar la presencialidad selo hizo cumpliendo con todos los protocolos”, enfatizó.
Consultado sobre cuál sería el destino que le darían a la subvención que solicitan, Pereyra destaco que los colegios asociados pagan salarios de los docentes respetando las paritarias correspondientes, en la mayoría de los alquilan el edificio en donde funcionan y padecen una enorme carga impositiva, al tiempo que las cuotas que las familias pagan por la educación de sus hijos es sensiblemente menor a la de escuelas privadas que sí reciben subsidios. “Está claro que la situación de nuestros colegios se torna bastante complicada y eso afecta también a las familias”.
Pereyra, por último, dijo tener esperanzas en que el gobernador Sáenz haga un cambio histórico en educación. “Nosotros vimos pasar gobernador tras gobernador y la respuesta fue siempre la misma. Las personas que estaban en Educación parece que nunca supieron que los colegios subvencionados existíamos. No entendemos por qué algunos sí y otros no. Hay colegios que nacieron con la subvención. Tuvieron la ‘suerte’ de tener el ‘contacto justo en el momento justo’, pero nosotros que la venimos remando hace 30 años seguimos obteniendo la misma respuesta. Depende del gobernador y el ministerio de economía. El ministerio de Educación nos quiere ayudar, pero la partida depende de economía”, resaltó el docente.