Colectivos activistas batallan para romper con la asociación inescindible entre gordura, falta de salud y voluntad. La base de la discriminación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad y el sobrepeso se definen como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”. Un índice de masa corporal (IMC) superior a 25 es considerado sobrepeso, y superior a 30, obesidad. Ese índice se calcula a partir del peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros: kg/m2. El resultado de una cuenta que decreta a rajatabla los cuerpos normales y los anormales.
“Siguiendo esta línea, en Argentina y en el mundo el debate que parece dividir aguas se da entre entender la obesidad como una enfermedad o como un factor de riesgo. Desde distintos espacios plantean que no se cumple con los criterios utilizados habitualmente para establecer qué es ─o no es─ una patología, porque constituir un factor de riesgo en el diagnóstico de otras enfermedades crónicas no alcanza para cargar con el mote de enfermedad” destacó el diario Tiempo Argentino.
Laura Contrera, abogada feminista y activista por la diversidad corporal, compartió con Tiempo Argentino su posición: “El activismo gordo se opone fuertemente a los discursos médicos hegemónicos que sostienen la idea de la obesidad, porque son discursos patologizantes y estigmatizantes que no contemplan la diversidad en la que encarna la humanidad. Lo que hacen es ubicar como ‘normal’ una variación corporal que existe como existen tantas diferentes variaciones corporales. Encima, estos discursos no tienden a la mejora de la vida de las personas gordas. Por el contrario, las responsabilizan de manera individual sin entender la salud desde su sentido integral y sin tener en cuenta los determinantes sociales de la salud.”.
En el Mapa Nacional de la Discriminación ─que construye el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) ─ del año 2013, la obesidad y el sobrepeso se ubicaban entre las cinco primeras situaciones señaladas por las personas que experimentaron discriminación. Para 2019, en el mismo relevamiento, la obesidad y el sobrepeso habían cobrado todavía mayor entidad: segundo lugar entre los tipos de discriminación más mencionados. En los dos registros, además, la experiencia de discriminación era especialmente importante en el segmento de 18 a 30 años y con frecuencia entre las mujeres.