sábado 5 de octubre de 2024
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Más de 20 mil hectáreas de bosques se perdieron en Salta el año pasado | La campaña de Greenpeace para frenar los desmontes

La ONG convoca a sumarse a esta campaña de alcance nacional. Días atrás informaban que el gobierno planea dar paso a la deforestación de unas 28 mil hectáreas en estos meses.

Según los datos que maneja Greenpeace Argentina, en Salta, durante 2020, se desmontaron 20.962 hectáreas. Y para este año las topadoras no tendrán descanso. Se informó que el gobierno provincial dará paso a más deforestación. Estiman que se habilitarán desmontes en siete fincas por un total de 28.311 hectáreas.

“El gobernador Sáenz aprovecha la pandemia de Covid-19 para darle vía libre a los desmontes. En un mes pretenden autorizar más de lo que se deforestó en Salta durante todo el año pasado. La actualización del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos se encuentra vencida desde 2014 y la realización de audiencias públicas con las actuales restricciones de circulación no garantiza la participación ciudadana y de las comunidades afectadas, además de resultar peligroso a nivel sanitario”, advirtió Noemí Cruz, coordinadora de la campaña de Bosques de Greenpeace.

En ese sentido, la ONG está impulsando una petición para que se prohíban y penalicen los desmontes e incendios forestales en Salta y todo el país. Señalan que un factor que está aumentando el riesgo de transmisión de enfermedades es la pérdida de bosques y el deterioro ambiental. Este no es un dato menor, porque la pérdida de hábitats naturales para los animales hace que migren hacia las zonas habitadas por personas, esos mismos animales son los que posteriormente pueden generarnos enfermedades desconocidas.

También el avance de los desmontes de la mano del agronegocio perjudica a las comunidades originarias. Eso lo detalla Greenpeace al aseverar que “El avance de la frontera agropecuaria aumenta la destrucción de bosques y los conflictos territoriales entre pueblos originarios y empresarios, los cuales compran fincas que, históricamente, pertenecen a territorio indígena y las deforestan, en su mayor parte para ganadería intensiva y cultivo de soja transgénica. Para los pueblos originarios, esto reduce de manera drástica sus posibilidades de obtener alimentos, medicinas y maderas para su sustento y forma de vida”.

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