Para el informe del organismo internacional 3,8 millones de chicos y chicas argentinas son pobres y tienen vulnerados sus derechos fundamentales como la educación, vivienda y cloacas, por ejemplo.
El informe se realizó en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). El estudio reveló que la pobreza interseccional en el 2021 afectó al 28,4% de las niñas y niños del país lo que equivale en términos absolutos a más de 3,8 millones de niñas y niños. “El documento presentó un análisis tanto desde una mirada monetaria como no monetaria. En ese sentido, hizo foco sobre el impacto tras la pandemia, así como el acceso a las políticas de protección de ingresos y sus efectos” resaltó el sitio Infobae a la hora de analizar el estudio.
Respecto a los perfiles de la pobreza, el especialista en Inclusión Social y Monitoreo de Unicef, Sebastián Waisgrais, indicó que las niñas y niños significativamente menos pobres que el promedio residen en hogares cuya PR (persona de referencia del hogar) tiene 60 años o más, que ha completado 12 de educación formal (primaria completa) y que se desempeña como trabajador/a independiente profesional o como asalariado/a formal”.
A pesar de eso, el documento sugiere que la tenencia de empleo por parte de la persona de referencia del hogar “no es una condición suficiente para que el hogar escape de la pobreza”. Una niña o niño que reside en una vivienda ubicada en un barrio popular registra una tasa de pobreza un 43% más elevada que el promedio general. “Una niña o un niño cuya PR se desempeña como asalariada informal, o como trabajador por cuenta propia en ocupaciones de baja cualificación, tiene una probabilidad de estar en la pobreza dos veces más alta que la de quienes residen hogares cuya PR es un trabajador formal. Es claro que la calidad de la inserción laboral importa y que una inserción precaria en el mercado laboral genera una situación análoga en términos de bienestar que la provocada por la falta de empleo”, destacó.
Otro aspecto central que se desprende de la lectura del informe tiene que ver con la localización de la vivienda en los barrios populares. En ese sentido y según Unicef, “una niña o niño que reside en una vivienda ubicada en un barrio popular registra una tasa de pobreza un 43% más elevada que el promedio general”.
Respecto a la perspectiva de género, Unicef remarcó que en todo el período bajo análisis las personas que conforman hogares con jefas mujeres muestran tasas de pobreza mayores que las de aquellos cuyo jefe es varón. La diferencia entre ambas tasas pasó de 4 puntos en la primera mitad de 2018 a rondar los 5 puntos en el segundo semestre de ese año.
Por último, el informe de Unicef planteó que la erradicación de la pobreza requeriría un esfuerzo en términos de crecimiento y lucha contra la inflación más fuerte. En ese sentido, afirmó que se estima que para lograr niveles de un dígito de pobreza infantil se necesitaría crecer a una tasa superior al 3% anual en términos reales durante 15 años.