El ex militar había asumido al comienzo del mandato de Gustavo Sáenz. En los últimos meses se incrementó la violencia.
El ministro de Seguridad de la provincia, Juan Manuel Pulleiro, renunció a su cargo en las primeras horas de este lunes. Formaba parte del gabinete de Gustavo Sáenz desde el comienzo de la gestión, en diciembre de 2019.
En un comunicado oficial, el Gobierno comunicó que Pulleiro se reunió esta mañana con Sáenz. Durante el encuentro, el ex ministro reconoció que su cargo había cumplido un ciclo y presentó la renuncia. «El Gobernador aceptó la renuncia, agradeciendo el trabajo incansable realizado durante la pandemia junto a los efectivos de la fuerza policial», completa el parte de prensa.
La renuncia llega tras varios episodios de violencia en la provincia y después de que el ahora ex funcionario presentara números oficiales que demostraron una suba de casos de inseguridad en Salta.
«En 2021 se ve un mayor aumento de la conflictividad y menor tolerancia entre las personas», había dicho Pulleiro pocos días atrás. También informaba que «en lo que va del año tenemos 24 mil contravenciones por consumo de alcohol, 88 por día», además de 68 mil contravenciones por desorden en vía pública sólo en 2021.
«Registramos 45 homicidios dolosos, diez de los cuales fueron femicidios», agregaba. Esos números cambiaron pronto: horas después de estas declaraciones se produjo el femicidio de Coronel Moldes.
«Tratamos de dar un mejor servicio de seguridad. Vemos que ha incrementado muchísimo la violencia en cualquier conflicto», seguía Pulleiro, ex militar que se desempeñó como Comandante de la V Brigada de Montaña en Salta y que pasó a retiro en diciembre del 2018 para luego asumir en la gestión municipal de Sáenz como director del Plan de Recuperación y Mantenimiento de Plazas Barriales.
Durante su gestión, Pulleiro fue señalado como el encargado de una policía que no tuvo reparos en aplicar abusos contra los más débiles durante la etapa más dura de la pandemia. Además, el ex funcionario también es conocido por reivindicar actos de terrorismo de Estado, como el Operativo Independencia en el que se enmarcó el llamado Combate de Manchalá.
