La guerra entre Rusia y Ucrania desliza a la Unión Europea a no depender de materias primas importadas desde Rusia. Argentina es el tercer mayor productor mundial del litio que se concentra en Catamarca, Jujuy y Salta.
Así lo indica un estudio de la Universidad Católica de Lovaina encargado por la patronal europea de empresas mineras e importadores de metales (Eurometaux) pone cifras a esas necesidades. “Los 27 Estados miembro de la Unión Europea necesitarán en 2050 hasta 35 veces más litio que ahora. La importación deberá multiplicarse y Europa busca suministradores fiables. Los europeos también consumirán un 33% más de aluminio, un 35% más de cobre, un 45% más de silicio, un 100% más de níquel y hasta un 330% más de cobalto” destacó un informe del diario Clarín que accedió al estudio.
El informe dice también que para sustituir metales de Rusia tendrá en cuenta tres criterios: no depender de países que usen el suministro como arma para pedir concesiones políticas o económicas, no quiere importar desde países que no sea respetuosa del medio ambiente y no quiere importar de países que pongan en peligro a las poblaciones cercanas a las minas.
El estudio de la prestigiosa universidad belga publicó un ranking de los principales países productores de litio: Australia 40.000 toneladas métricas; Chile 18.000; China 14.000; Argentina 6.200; Brasil 1.900; Zimbabue 1.200 y Portugal 900. También destacaron los países con más reservas del recurso: Bolivia 21 millones de toneladas según datos actualizados al año 2020; Argentina 17 millones; Chile 9; Australia 6,3; China 4.5; Congo 3 y Alemania 2,5.
El informe señala un peligro: es posible que a partir de 2030 Europa necesite más metales de los que es capaz de importar o reciclar: litio, cobalto, níquel, cobre y tierras raras. Si no consigue todo lo que necesita la transición energética estaría en peligro porque no podría desarrollar todas las fuentes de generación energética renovable que necesita.
La última solución sería la minería en Europa. Habría que excavar nuevas minas e instalar plantas de refinado. El estudio asegura que el potencial del subsuelo europeo es limitado por lo que sería sólo una pequeña parte de la solución.
