jueves 25 de abril de 2024
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Año 2019 | Sumando gastos en carnes de vaca, pollo y cerdo, el consumo fue el más bajo en siete años

El informe es de la consultora Ecolatina y hace referencia a la sustitución de la carne vacuna por otra proteína animal. La caída del consumo global se relaciona con deterioro del salario.

Los números duros del informe indican lo siguiente: durante el año 2019 los argentinos consumieron 109,5 kilos anuales per cápita, un 5,3% menos con respecto al 2018, cuando se ubicó en 115,6 kilos anuales. “En materia de consumo de las tres carnes, es lo más bajo de los últimos 7 años, cuando en 2012 el consumo fue de 107,4 kilos anuales. Asimismo, los frigoríficos habilitados para exportar al país asiático se encuentran al máximo del uso de su capacidad instalada”, precisó el informe de la revista Fortuna que se sumergió en el análisis del informe.

A la hora de discriminar la situación de cada carne, el informe indica que la mayor caída fue para el caso de la carne bovina con un consumo que rondó los 51,5 kilos anuales por habitante, el gasto de las familias cayó un 10% en el nivel de consumo. El más bajo a nivel histórico.

Con un consumo de 14,6 kilos per cápita por año, el gasto en carne porcina retrocedió un 2%, hecho que interrumpió un crecimiento que se daba de manera sostenida desde el 2013. Sin duda el pollo fue la excepción: su consumo ronda los 43,4 kilos anuales, y en el 2019 creció un 1 por ciento.

“Este aumento –explicó Ecolatina– se dio incluso bajo un encarecimiento relativo de la carne aviar respecto a la vacuna: el precio del pollo aumentó 69% promedio anual y el asado 50%. Mientras que, durante 2018 por cada kilogramo de carne vacuna, se podía comprar 3,1 kg de pollo, el año pasado dicha relación se redujo a 2,7. En el caso del cerdo, la variación fue leve pero inversa: pasando de 1,2 a 1,1 kilo por cada kilogramo de carne vacuna”.

Los especialistas añadieron que “dicha dinámica responde a que incidió fuertemente sobre las decisiones de consumo, la caída del poder adquisitivo” y consignaron además que “la contracción del salario real hizo que las familias busquen sustituir las proteínas de los cortes vacunos por aquellas de menor valor, como las del pollo, haciendo que la demanda de este último se incremente a pesar del aumento relativo de su precio”.

Más allá de esto, y con la atención puesta por el sector frigorífico en las ventas externas, la producción agregada de carne logró crecer 4% en 2019 (+2% la vacuna, 7% la aviar y 1,5% la porcina) gracias a un incremento significativo de las exportaciones y la sustitución de importaciones. Por ello, se explicó también que la devaluación del peso argentino, junto con la apertura de nuevos mercados y, principalmente, la mayor demanda desde China por la peste porcina, “explican dicha dinámica”.

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