El aumento de los medicamentos y la pérdida de salario se traducen en menos consumo. Algunas farmacias apuntan que les estaría costando afrontar los sueldos de empleados.
El último informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) dio a conocer que entre mayo de 2015 y marzo de 2019 los medicamentos aumentaron un 266% promedio y en algunos casos la inflación se ubicó en el 600 por ciento.
La disparada en los precios de los medicamentos se combina con la menor cobertura en el PAMI de Cambiemos y la pérdida de salario por la devaluación de la moneda. Esto provoca que las personas tiendan a achicar sus gastos, incluso en los remedios que se necesitan para vivir mejor.
El otro punto a tener en cuenta es que la crisis se agrava cuando las farmacias advierten no sólo la caída en ventas sino también el retraso del pago de obras sociales y los obstáculos para poder pagar los tarifazos en los servicios públicos y el sueldo a sus trabajadores.
“Los clientes eventuales que antes entraban por un analgésico o curitas y se llevaban un desodorante, un maquillaje u otro producto que veían en las vidrieras, ahora ya no vienen. Solo ingresan clientes por una necesidad real. Ya no es la venta variada, amplia que había antes”, describió una gerente de farmacia al diario El Tribuno.
Ante esta situación, desde las farmacias locales ven con preocupación el futuro en su sector e intentan, según manifestaron, sostener las fuentes laborales sin ningún despido.