El ministro de economía provincial cuestionó el plan económico de la Casa Rosada en una entrevista que concedió a Ámbito Financiero. Aseguró que la crisis y la suba de tasas en EEUU eran previsibles y rechazó los recortes y metas fiscales de Nación.
El entrevistador fue el periodista Ariel Basile y el diálogo fue publicado en la edición de hoy de ese diario especializado en cuestiones económicas. A continuación transcribimos la extensa charla mantenida por el funcionario.
Periodista: ¿Cómo impactan en las provincias los cambios en las proyecciones que había hecho Nación?
El Presupuesto es estático y después esos datos no se cumplen. Es un grave problema para las provincias la proyección de la macroeconomía. Si se proyecta un 15% de inflación y termina siendo el 42%, o el valor de dólar se duplica, cuesta administrar. Por ejemplo, en Salta hicimos un ajuste de gastos para llegar al equilibrio: congelamos sueldos políticos entre varias medidas. De repente, el Gobierno nacional no puede gestionar una corrida cambiaria, el Banco Central adopta malas estrategias… en el caso de Salta los intereses de los servicios de deuda que habíamos calculado con datos macro del Gobierno nos subieron en $1.600 millones por la devaluación. Eso tumba cualquier gestión eficiente. Si apuntabas al equilibrio, te corrieron el arco.
P: ¿El nivel de deuda en las provincias es un problema?
El año pasado presentamos en la legislatura nuestro presupuesto. Hicimos una proyección de lo que esperábamos a nivel mundial y nacional. Ahí advertíamos que era probable una suba de tasas de la Fed y creíamos que los mercados se cerrarían para la Argentina y las provincias, con tasas altas por mucho tiempo. En Salta decidimos desarmar el programa de Letras, teníamos vencimientos de $2.100 millones en diciembre pasado, el 40% de déficit. El déficit total era de $5.000 millones, que para nosotros es el 15% de los ingresos. Nos costó, usamos descubierto bancario para pagar sueldos.
Y Nación mantuvo Letras…
En Nación decían que la bola de Lebac no era un problema. Federico Sturzenegger decía que no pasaba nada. Nosotros vimos la que se venía y desarmamos el programa de Letras. Y eso nos permitió tener oxígeno. El Gobierno nacional no entiende que cuando hay un problema financiero, el problema fiscal queda de lado. Se lo decía a Dujovne. El razonamiento de él es que si un ama de casa tiene que pagar $50.000 tiene que matchear contra un ingreso mensual fijo. Pero si tiene que hacer frente a un programa de créditos, tiene que destinarle una parte de esos ingresos. Y si tiene que recurrir a prestamistas, o las tasas de banco son de prestamistas, hay un problema de solvencia. En créditos de corto plazo como las Letras, y con las Letes en dólares, se agrega un problema de liquidez. Te tapa el agua. No es sólo lo fiscal, ni por asomo. Con la liberalización del mercado de cambios que demanda dólares, la posibilidad de liquidar divisas afuera, está rota la ecuación de la balanza. En Salta, si no hubiéramos desarmado el programa de Letras, para pagar intereses tendríamos que haber cerrado un ministerio de turismo y medio. Tenías una infección en un dedo y te cortaron la pierna.
Entonces, ¿esta crisis era previsible?
Sin duda era anticipable. Tengo grabada la presentación de diciembre en nuestra legislatura donde explicamos esto. Confianza en el Presidente no es un programa de Gobierno. El «cuando gane Mauricio va a generar confianza en los mercados» terminó siendo un plan económico. En ese marco, las provincias patagónicas estaban por el piso. Ahora, con el tipo de cambio y la suba del petróleo zafaron todas. Quiero decir: es tal la importancia de la macro que administraciones provinciales dependen de esto. Otras provincias mantienen programas de Letras, y es una locura con tasas del 55%. Lo mismo aquellas que tienen un alto porcentaje de deuda en dólares.
¿La devaluación tiene impacto positivo en sectores como el turismo o exportadores?
Es tan reciente que todavía no hay reacción. El turismo se toma tres meses, pero en el campo sí lo vemos. La actividad va a crecer. Pero son impactos que van sobre rentabilidad, no sobre mayor generación de puestos de trabajo o aumento de exportación. Hay que salirse de la lógica soja-trigo, y pensar en las economías regionales. Son proyectos de inversión que tardan entre cuatro y siete años. Y después vienen procesos de reconversión. No es real que aumentás las exportaciones por una devaluación. Eso sólo puede ocurrir con soja, trigo o cereales. No aumentan las economías regionales de un día para el otro. Sí de rentabilidad, en ultima instancia. Salta, por ejemplo, tiene exenta la actividad agropecuaria, con lo cual si aumenta la rentabilidad no le trae mayores ingresos a las provincias. En cambio, sí es inmediato el traslado a precios para los asalariados.
¿Se puede frenar la inflación?
El Gobierno hizo algo mal: tratar los problemas como si Argentina fuera Noruega o Dinamarca. Dolarizar el combustible, por ejemplo, es letal. La Argentina no puede dolarizar nada. El mercado que se dolariza, se empioja. Y más en combustibles. En la Argentina, la mayor estructura de costos pasa por la logística y los fletes. Bajar la inflación es incompatible con subir el precio del insumo principal, porque se incorpora a la estructura de costos. Así se llega a un escenario de ajuste que para la gente es brutal.
¿Cómo se elabora el Presupuesto provincial en este escenario?
Los presupuestos provinciales se armarán con datos de Nación, pero la gestión efectiva dependerá de entender la macro. Yo estoy trabajando con un escenario de caída de la recaudación.
¿Compensarán la baja en subsidios al transporte?
Estamos repensando todo el sistema de subsidios al transporte. Hoy tenemos subsidios a la oferta y también a la demanda: viajan gratis jubilados y estudiantes, pero el sistema se sostiene por pago por kilómetro a empresas prestadoras. Tenemos que repensar porque sin el subsidio el boleto se iría a $40.
¿Se puede seguir bajando Ingresos Brutos como se acordó en el Pacto Fiscal?
Es un dogma del Gobierno. Muchas de las medidas que se plantearon la semana pasada los ministros de provincias PJ las planteamos hace dos meses. Pero si pedimos pensar cómo subir ingresos, dicen que eso es kirchnerismo. Están cerrados en formato de laboratorio: si subimos impuestos, no habrá inversión. ¿Qué inversión, si no hay una sola? Ahora, en medio de una crisis, bajar impuestos… ¿En medio de este desastre que armaron? Cuando fue el Pacto Fiscal nosotros lo advertimos y nos dijeron que se iba a compensar con un crecimiento del 3,5%. Schiaretti (gobernador de Córdoba) fue el mas insistente: dijo que perdía $8.500 millones por baja de IIBB. «Sería una mala señal», dijo el Gobierno nacional. Una lógica de dar señales, cuando la única señal es demostrar capacidad de repago. Al mercado no le interesan los impuestos. Sí le interesa a las inversiones de la economía real, pero con 60% de tasa no hay inversión real posible. En ningún momento se hilvana un proyecto de equilibrio general: financiero, laboral, de servicios, etc. Falta visión integral de la economía.
De los recortes que se plantean para las provincias, ¿cuál los complica más?
El Fondo de la Soja nos pega de lleno, por obras y plata en los municipios. El impacto es muy fuerte y creemos que el tiempo no es el correcto. Se cortó en medio de la ejecución del Presupuesto. En momento de recesión haber inyectado en municipios era un paliativo, en el mediano plazo aumenta productividad. El tema de subsidios al transporte es mucho, la magnitud es grande y nos genera problemas de caja para evitar impacto en el boleto. El recorte en la tarifa social eléctrica es el más aceptable. Cómo subsidiar la demanda lo decide cada provincia. A nivel conceptual debería seguir y de última ajustar requisitos. Y dejar de subsidiar la oferta en la compra de generación vía CAMMESA porque ahí se subsidia a todos por igual, desde Pérez Companc hasta un empleado que gana $15.000.