Falta de insumos, equipamiento y profesionales. El eterno problema en el sistema de salud salteño.
Dos sucesos ocurridos en los últimos días denotan de manera cabal lo que sucede también en otros puntos de la provincia. Las carencias son varias y el estado no alcanza a cubrirlas. Ni siquiera con la buena voluntad de los trabajadores de la salud se puede reparar, por ejemplo, la falta de insumos.
En el caso de Urundel, hubo una manifestación para reclamar por mejoras en el Hospital Luis Gardel. Con una población superior a los 3 mil habitantes, denunciaron que sólo hay dos médicos y muchas veces la guardia queda abandonada. A todo esto debe sumarse la carencia de insumos y que la ambulancia no cuenta con camilleros, sólo un chofer.
“Ya nos cansamos de que sigan trayendo médicos pasantes solo para resolver el problema momentáneo, queremos soluciones de fondo no parches, porque entendemos que con la salud no se juega”, aseguraron a El Tribuno.
En Coronel Juan Solá, Morillo, no cambia mucho el panorama. Una denuncia realizada al mismo matutino da cuenta de ello. Un vecino de la zona fue hasta el hospital del lugar para que le realizaran una sutura debido al corte que se hizo en un brazo, pero ¡sorpresa!, no tenían hilo para realizarla.
La persona que llevó al accidentado hasta el nosocomio comentó que el médico de guardia “hizo lo mejor que pudo, fue a otro sector a buscar materiales, consiguió un pedacito de hilo e hizo magia para curar a esta persona accidentada, pero tampoco había calmantes ni antibióticos. Por suerte nosotros teníamos dinero para comprar remedios en la farmacia, pero acá en el Chaco salteño la mayoría de la gente no tiene un peso”.
