El sábado pobladores de San Carlos que participan de la Asamblea por el Agua Sana retomaron las manifestaciones en el cruce de la ruta nacional 40 y la ruta provincial 44, mediante cortes intermitentes y entrega de folletería. Una de sus representantes habló de los reclamos puntuales que llevan adelante en el programa Cuarto Oscuro (FM La Cuerda 104.5).
Mónica Jiménez relató que en la zona no hay «agua apta», pues tiene un alto contenido de boro y arsénico. Además aclaró que si bien existe una resolución del año 2014 -emitida por el Ente Regulador- que intimaba a Aguas del Norte a mejorar la calidad del agua y a cambiar la forma de obtener el líquido, nunca fue cumplida por la empresa.
En ese contexto, la Asamblea por el Agua Sana que agrupa a vecinos de San Carlos, lleva ya una década de reclamos. «Venimos hablando con distintas autoridades de la Provincia, especialmente con las de Infraestructura», detalló Jiménez en la entrevista radial.
«Nos enteramos que llamaron a licitación, en lugar de hacer una contratación directa, para buscar nuevos recursos de abastecimiento de agua. La licitación quedó desierta, con lo cual el Estado provincial estaría en condiciones de realizar una contratación directa con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, que es el que tiene las herramientas para realizar la obra de factibilidad y buscar otros afluentes de agua para el aprovisionamiento de San Carlos», relató la vecina sancarleña. Además comentó que ya tienen identificados lugares potenciales desde donde podrían obtener agua potable.
Luego detalló que desde el año 2018 Aguas del Norte no cobra por el servicio porque se la considera «no apta para consumo humano». Además recalcó la inacción tanto por parte de esta empresa como del Ente Regulador de los Servicios Públicos. Desde el mes de abril no tienen noticias de este último organismo.
«Vino Carlos Morello (funcionario del Ente Regulador) con una comitiva a San Carlos, habló con miembros de la asamblea, nos dijeron que iban a ver qué podían hacer y que volverían la semana siguiente. Nunca más volvieron. Entonces seguimos tomando agua del camión de la plaza», se lamentó Jiménez.
