Con tono irónico y sin demasiadas ideas, la diputada nacional cometió un error que la hizo titubear dentro de su habitual discurso basado en lugares comunes del antiperonismo.
Era un día más en la oficina para Emilia Orozco. Su intervención en el Congreso transitaba por los carriles habituales por los que la salteña despliega sus palabras. Ya lo hacía antes, tras entrar por la ventana al Concejo Deliberante, y lo hace ahora que es diputada nacional. Una ironía tras otra, una acusación tras otra hacia el kirchnerismo. Ni una sola idea propia. Como si alguien hubiera creado con inteligencia artificial a una legisladora que cumpliera todos los lugares comunes del antiperonismo de calle, ese capaz de repetir en todos lados el mismo discurso y el «no vuelven más» como bandera.
Claro que hasta los mejores en lo suyo pueden tropezar. Orozco, sólida practicante de la retórica de brocha gorda, no tuvo su mejor performance. Justo en una jornada en la que Diputados TV parecía TyC Sports durante Qatar 2022. Todos estaban viendo. Y así pudieron ver un fallido de la salteña que provocó risas en la platea legislativa.
«No creo que ninguno de los 257 legisladores quiera que a este país le vaya bien», dijo Orozco, incluyéndose, por supuesto junto con sus compañeros de bloque libertario, en ese combo de deseadores del mal colectivo. Pronto se corrigió, pero el mal ya estaba hecho. La casta se había expresado desde el fondo de su ser. Es lo que pasa cuando se votan proyectos que favorecen a las empresas y perjudican a los ciudadanos.
