El taller-conversatorio coincidió con la Jornada Nacional Educar en Igualdad y contó con la participación de docentes, estudiantes y activistas. Una vez más el feminismo se organiza ante los embates del poder hegemónico. (Andrea M.)
Salta vive, por estos días, tiempos de cambios pero también de resistencias conservadoras y poderosas. Por un lado, la implementación de la ley n° 26.150 de Educación Sexual Integral está en agenda ya que, gracias al trabajo del movimiento feminista, todas las provincias están acatando la ley (en mayor o menor medida, con más o menos regulación) y lxs chicxs de todas las escuelas están ejerciendo su derecho a recibir información actualizada sobre la sexualidad. Por otro lado, grupos religiosos, agrupaciones gauchas, partidos antiderechos y autoconvocadxs están librando una batalla contra la que llaman “ideología de género” y se organizan en distintas actividades como la marcha que tendrá lugar este domingo en distintos puntos del país.
Sin embargo, lejos de amedrentarse ante un poder financiero y político como es la iglesia, el feminismo se organiza, dialoga y se hace de más y más herramientas para librar la batalla por la equidad. Es así que el viernes 26 tuvo lugar el taller “La ESI como posibilidad de justicia social”, a cargo de la activista Ruth Zurbriggen. Organizado por docentes de la Cátedra libre sobre Aborto que se dicta en la Universidad Nacional de Salta, el encuentro se realizó en la Biblioteca Provincial y tuvo una gran convocatoria. Docentes, estudiantes y activistas dialogaron durante dos horas y media sobre la ley de Educación Sexual Integral y sus posibilidades en un territorio como Salta. Al frente estuvo Ruth Zurbriggen, quien actualmente forma parte de la colectiva La Revuelta, de Neuquén, de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y que durante años fue docente de primaria, profesora de Ciencias de la Educación.
El taller- conversatorio se centró en una consigna clara: “La educación sexual integral es una posibilidad de justicia curricular”, porque, como afirmó Zurbriggen, permite el acceso a la información a todxs lxs chicxs que asisten a la escuela y evita el sufrimiento de muchxs que no han podido identificar abusos.
El debate por la ESI no es nuevo; comenzó por el 2006 cuando se sancionó la ley y fue impulsado por distintos grupos cercanos a las iglesias católicas, evangélicas y otros grupos antiderechos. Este conflicto de intereses se reavivó este año debido a la discusión de la ley en el Congreso, en la que se avanza sobre más derechos y una visibilización de la disidencia sexual, la posibilidad de vivir una sexualidad plena desde la adolescencia y una revisión profunda de las estructuras que sostienen el patriarcado. Zurbriggen brindó algunas notas claves para entender la discusión y entender la idea de justicia curricular. Entre estas estuvieron la premisa de pensar a las escuelas como un lugar de posibilidades, un espacio en que se pongan a disposición todas las herramientas que más tarde el estudiantado podrá evaluar a la hora de vivir su sexualidad; el entendimiento de la escuela como un acontecer de escenas que se habita de distintas formas y no como un establecimiento estanco y lineal; la certeza de que hay educación sexual en las aulas todo el tiempo pero que no es integral; y por último, la necesidad de entender que lxs trabajadorxs de la educación también son sujetxs de sexualidad, personas que ejercen formas de existir a través de su sexualidad. Respecto de esta última, Zurbriggen hizo hincapié en la importancia de cuestionar el androcentrismo de los espacios educativos por el efecto directo que tiene sobre las subjetividades tanto de estudiantes como de docentes. Además, la activista afirmó que pensar la educación en clave feminista también es cuestionar los estereotipos que giran en torno a las masculinidades hegemónicas.
La docente planteó preguntas que sirvieron como disparadores para el diálogo con lxs asistentes: ¿a quiénes y con qué discute la ESI?; ¿a qué concepciones de sexualidad le discute la ley? ¿a qué tradiciones de educación sexual interpela? y ¿por qué se la ataca y quiénes lo hacen?. Estos interrogantes propiciaron luego una charla entre lxs presentes, quienes expresaron su preocupación por las condiciones en las que docentes y educadorxs que quieren garantizar el derecho a la ESI en instituciones educativas que ofrecen resistencia a dejar sus famosos “idearios institucionales”, una suerte de justificación basada en creencias religiosas que se posiciona en el otro extremo de la ley. Algunas instituciones se valen también del proyecto de Educación para el Amor, o Educación para la Vida, manuales con los que lxs tutorxs parecen estar de acuerdo en que sea la escuela quien eduque. La frase más escuchada en este último mes, “con mis hijos no te metas”, no funciona para todxs por igual.
El encuentro de formación y debate en torno a la garantización de los derechos de niñxs y adolescentes desde la docencia no termina con el taller, ya que el sábado 27 por la mañana, Ruth Zurbriggen dictará el módulo “La experiencia política y subjetiva de abortar y acompañar abortos con medicamentos” en el marco de la Cátedra libre sobre Aborto en la UNSa.
“Vamos a pensar en cómo el socorrismo y el acompañar la decisión de abortar, nos hace desarrollar la pedagogía de la escucha”, afirma Zurbriggen en diálogo con Cuarto y concluye “el feminismo ha logrado autorizaciones: es un movimiento que reclama pero a la vez muestra que tiene capacidad para dialogar, contagiar con sus agendas y reclamos. El gran tema es preguntarnos cuáles son los desafíos y las responsabilidades sociales que tenemos en este momento histórico, entendiendo sobre todo que pensar también es actuar”.