Por décadas, los salteños hemos visto cómo se han depredado zonas naturales que podrían haber sido conservadas en armonía con la vida de comunidades originarias, o en equilibrio para amortiguar los efectos del crecimiento de nuestra ciudad.
En Salta es algo común que todo aquél que haya trabajado de forma profesional o voluntaria, en pos de la priorización de cuestiones ambientales para el cumplimiento de la excelente normativa vigente, también se haya encontrado con innumerables obstáculos de la parte de funcionarios provinciales y municipales. Empecinados en el cumplimiento de proyectos y objetivos favorecedores de intereses opuestos a tales normas protectoras, inclusive se han dado casos de incumplimiento del deber del funcionario público.
Siempre se ha esgrimido, en tales circunstancias, el pretexto de la actividad económica supuestamente generadora de ingresos vía el turismo, la industrialización u otros (aún así, la lamentable situación económica de nuestra provincia y ciudad sigue siendo una constante).
Durante décadas, los salteños hemos visto cómo se han depredado zonas naturales que podrían haber sido conservadas en armonía con la vida de comunidades originarias, o en equilibrio necesario para amortiguar los efectos del crecimiento de nuestra ciudad, como es el caso de las Serranías del Este en Salta Capital.
Al respecto, es importante citar las acciones llevadas a cabo para evitar la destrucción de zonas tales como las involucradas en el llamado Cerro de la Virgen -con la construcción de una capilla, salón de usos múltiples y locks-, un poco más abajo con el proyecto denominado Complejo Turístico Tres Cerritos -hotel, appart hotel, cabañas de lujo- y la extensión del Complejo Teleférico San Bernardo hacia el cerro Ala Delta. En estos tres Proyectos Especiales de Estudio de Impacto Ambiental y Social (EIAS), aprobados por la Secretaría de Ambiente municipal, obran pedidos de audiencias públicas obligatorias según el Código de Planeamiento Urbano Ambiental (CPUA) vigente. Estas audiencias debieran otorgarse para que la ciudadanía pueda manifestar su parecer, objeciones, eventualmente apoyo a estos proyectos.
También se han relevado situaciones de ausencia de controles en relación con actividades generadoras de residuos peligrosos, incumplimientos de realización de Estudios de Impacto Ambiental y Social en actividades exceptuadas por la normativa general, pero obligadas a tal requisito al circundar inmuebles protegidos por el Plan Regulador para Actividades del Área Centro de la ciudad de Salta (PRAC) y el CPUA.
No faltan, asimismo, las actividades industriales o comerciales de empresas localizadas en el centro o en los barrios de nuestra ciudad, con efluentes nocivos que ponen en vilo a los vecinos, cuando se dan cuenta de tales emanaciones (sólidas, líquidas o gaseosas).
Este panorama nos encuentra ahora con las modificaciones contempladas en el Plan Integral de Desarrollo Urbano Ambiental II (PIDUA II), con las cuales se actualizará el CPUA vigente.
De allí que en medio de una crisis con importantes consecuencias a nivel económico por la necesidad de un paro masivo de actividades para dar lugar a una cuarentena que pueda soslayar los efectos sanitarios de la contaminación biológica, como podemos considerar la “invasión” del SARS-CoV-2 o más simplemente coronavirus, interesa saber porqué en décadas pasadas, no se ha tenido en cuenta el importante rol social de un medio ambiente sano.
Se han privilegiado invenciones místicas para la depredación de una importante reserva municipal, por ejemplo. Es el caso de la Virgen del Cerro. Cabe recordar que ante la pandemia, antes de la cuarentena obligatoria, los mismos organizadores de tales eventos procedieron a recomendar que no se hagan las peregrinaciones habituales, donde turistas de todo el país llegan en masa al predio conocido con ese nombre. Es de suponer que al día de hoy, este predio debe estar cerrado para el cumplimiento de la normativa específica que prohibe los desplazamientos sin justificación respectiva. Fue necesaria una crisis como la actual, para que esta actividad sin Estudio de Seguridad, donde varios casos fatales se han registrado, por causas diversas, se discontinúe, y no por la oportuna intervención y control municipal, que sin embargo, aprobó el EIAS de ampliación del santuario sin la verificación correspondiente de la ordenanza municipal (OM) 14529/2013 actualmente OM 15292/2017, que también regula las actividades colectivas sin fines de lucro. Es de esperar que ahora que son priorizados los aspectos sanitarios sobre los económicos (una importante actividad turística e inmobiliaria se deriva de estos eventos), la tendencia siga con las prioridades ambientales y de seguridad física y jurídica por sobre los segundos.
De igual manera, con otra actividad como es la llevada a cabo en el Complejo Turístico San Bernardo. Innumerables esfuerzos sostenidos han sido necesarios para intentar salvar el Cerro Ala Delta de la depredación, incluyendo la intervención de la justicia. Esperemos ver un cambio de paradigma, puesto que si la salud es lo primero, el medio ambiente, los espacios naturales son preponderantes para la armonización de la vida en la ciudad.
Así podríamos ir desglosando cada uno de los problemas ambientales que tenemos en Salta, lo cual será objeto de publicaciones posteriores. Hoy el interés es realizar el contraste entre el antiguo orden vigente, y el cambio de paradigma que esta crisis sanitaria ha creado de por sí.
Es importante insistir en la prevalencia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas (habiendo la Nación adherido a convenciones internacionales, asimismo la provincia y la municipalidad de Salta), para retomar de manera equilibrada la salida de esta crisis sanitaria, que por otra parte, representa la oportunidad de un cambio en los esquemas de trabajo habituales.
Sería inteligente transicionar hacia un modelo más equilibrado de vida, en armonía con la naturaleza, buscando el bienestar común, única garantía de un futuro posible para nosotros y las generaciones venideras. No es imposible, los actuales esfuerzos, aún en la imperfección, lo demuestran.
Para más información sobre los ODS en Salta: