Así lo reflejan las imágenes compartidas por comerciantes de la zona. Hay peligro de derrumbe en la chimenea ubicada al ingreso de la ciudad.
Fue construida alrededor de 1910 por el italiano Francisco Tosoni para el aserradero de Czarnescki y Jurostovik. Su función era elevar al cielo los residuos de las máquinas de vapor. Muchos la equiparan al pasado glorioso maderero de San Ramón de la Nueva Orán.
La vistosa torre de ladrillos está ubicada en la plaza Juan Domingo Perón, a pocos metros de la terminal de buses y la feria latinoamericana. Todos los viajantes que ingresan a Orán por tierra son recibidos por su figura.
En 2016 el concejo deliberante de la ciudad norteña le otorgó la categoría de patrimonio histórico. La iniciativa fue del edil Iván Mizzau. En aquella ocasión aseguró: «Para saber hacia dónde vamos, debemos saber de dónde venimos. Por eso es fundamental rescatar momentos, lugares, anécdotas y personajes que hicieron a nuestra cultura y sociedad».
No pasaron ni tres años y la estructura muestra síntomas de evidente abandono por parte de las mismas autoridades que hace no mucho la laureaban. Según informa Radio Cadena NOA, «tras las lluvias intensas y viento en la ciudad, vecinos y comerciantes se acercaron a la misma y fotografiaron su deterioro, que cada vez avanza».
Además desde el medio oranense aseguran que hace cuatro años se reclama a la Municipalidad el arreglo. Y a pesar de nombrarla patrimonio, ningún concejal presentó proyecto alguno para su restauración.