En la jornada del viernes 7 de mayo testificaron siete personas. Entre ellas el perito que trabajó en inconsistencias detectadas en lo señalado por los acusados Vargas y Cajal.
Ayer viernes, en la audiencia de debate por el homicidio de Jimena Salas, comparecieron 7 testigos. Entre ellos la información judicial resaltó tres. Primero el testimonio de una psicóloga que señaló pormenores de la víctima en base a unas entrevistas que realizó a familiares y amigos. Por ejemplo dijo que Jimena era «una mujer simpática, alegre, despreocupada de aspectos formales». También que sus últimas vivencias «develan la existencia de cansancio, angustia y soledad».
Otro testimonio relevante fue el del perito que al momento de los hechos trabajaba en la Unidad de Investigaciones del CIF. Comenzó a trabajar medio año después en una serie de inconsistencias detectadas en lo vertido por Vargas y Cajal. Entre ellas, por ejemplo, que Cajal nunca informó que hubo una «desconexión intempestiva de la alarma de la casa de Jimena Salas, el día previo al homicidio».
«El perito manifestó el imputado tuvo conductas omisivas con relación al detalle de la alarma, a comunicaciones telefónicas realizadas el día del hecho y a la posible existencia de dinero en efectivo en su domicilio. Señaló que a raíz de esto los investigadores trabajaron con una premisa falsa», indicó la prensa judicial.
Vargas
Respecto a Vargas, este mismo perito declaró que en su testimonio «manifestó que tenía un solo celular y que no lo usaba desde hacía seis meses. Pero por información obtenida de empresas de telefonía, se logró determinar que el imputado tenía cinco líneas registradas a su nombre y ocho chips».
«El perito también hizo referencia a un dato que le resultó llamativo, relacionado con las búsquedas realizadas por el acusado en Internet durante un año y medio. Dijo que del total de consultas, solo existe una visita a un medio de prensa, registrada el día posterior al crimen en Vaqueros», señala el Poder Judicial de Salta.
Más adelante explicitan: «En cuanto a los desplazamientos de Vargas detectados a través del impacto de sus líneas telefónicas en antenas de la ciudad, se obtuvo que el acusado se movía primordialmente el la zona sudeste, donde está su domicilio. Según el perito, el dato no se condice con la actividad de un vendedor ambulante que decía desarrollar Vargas».
El juicio
Nicolás Federico Cajal Gauffin y Sergio Vargas fueron imputados por el hecho sucedido el 27 de enero de 2017, cuando se encontró el cuerpo sin vida de Jimena Salas en el piso de la cocina comedor de su vivienda, ubicada en la localidad de Vaqueros.
El juicio está a cargo de los jueces de la Sala VII, Francisco Mascarello, Federico Diez y Federico Armiñana Dohorman (interino).
En la causa Vargas está imputado en calidad de partícipe secundario de homicidio triplemente calificado por ser cometido con alevosía y ensañamiento y por precio o promesa remuneratoria.
El viudo de la víctima, Cajal Gauffín, está siendo juzgado por encubrimiento agravado.