sábado 27 de abril de 2024
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Un Romero en campaña | El año en que Salta también amenazaba a Nación con cortar el suministro de gas

Fue en junio del año 1991 cuando el candidato a gobernador se oponía a la privatización de YPF. Curiosamente, “Don” Roberto vertía la advertencia con su hijo Juan Carlos, que impulsaba la privatización en el Senado Nacional.

Todos hablan hoy del conflicto entre el gobierno de Chubut y el presidente Javier Milei. El primero amenazó con cortar el suministro de petróleo y gas en respuesta a un método inconsulto que empleó Nación para cobrarse una deuda con la provincia.

En Salta también hubo un año en donde una amenaza similar se ejecutó. No la hizo un gobernador en ejercicio, sino alguien que habiendo ocupado el cargo quería acceder de nuevo en las elecciones que se celebraban en 1991: Roberto Romero. Ocurrió entre mayo y junio de ese año y el diario El Tribuno -propiedad del entonces candidato- lo registró del siguiente modo en su edición del 17 de junio de 1991: “Cortarán suministro de gas hacia el sur argentino”. Era una advertencia que el candidato realizaba mientras se oponía al proyecto de privatización de YPF.

Al frente del gobierno se encontraba el gobernador justicialista Hernán Cornejo, que protagonizaba una feroz interna con el propio Romero, que había gobernado la provincia entre 1983 y 1987. El rival de Roberto Romero en la campaña por la gobernación era Roberto Ulloa, líder del PRS que por entonces no dejaba de crecer electoralmente. La presidencia de la Nación, por su parte, estaba en manos de un Carlos Menem que anunciaba que toda empresa que estuviera en manos del Estado pasaría a ser patrimonio de firmas privadas.

Roberto Romero se sumó en ese contexto a una corta pero intensa resistencia en medio de la campaña electoral. La situación los obligó a él y a su hijo Juan Carlos a participar de actos –sobre todo en el norte provincial- en donde se presentaban como opositores a la idea privatizadora. Juan Carlos, incluso, aseguraba que el proyecto “no pasa del Senado”, aun cuando había sido el autor de leyes claves para las privatizaciones, mientras su padre amenazaba con cortar el suministro de gas al sur del país si la privatización avanzaba.

Lo último comenzó a concretarse en septiembre de ese 1991 (las elecciones fueron en octubre) a fuerza de voluntad política nacional, de sindicalistas que cedieron ante las promesas de ser accionistas de las nuevas empresas, de trabajadores que –entre la extorsión y el deseo de cobrar jugosas jubilaciones– accedieron a retiros voluntarios, y de cientos de cesanteados tras un corte de ruta en el norte y una huelga general que fueron los últimos atisbos de resistencia.

Ese final afectó a Roberto Romero, quien terminó perdiendo las elecciones ante Roberto Ulloa, que presumía ser lo absolutamente otro de un PJ que, además de protagonizar una interna salvaje, aparecía como el enajenador del recurso natural que estructuraba en gran parte la economía de ciudades como Tartagal, Mosconi y Aguaray del departamento de San Martín que, según el Censo de 1991, concentraba el 12,9% de la población salteña (106.688 habitantes sobre un total de 866.153).

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