Tras la muerte de un obrero en el ingenio controlado por la Seabord, sus compañeros del gremio aseguraron que hubo reclamos previos por la carga horaria excesiva que no fueron tomados en cuenta por la empresa.
El día de ayer la multinacional Seabord Energías Renovables y Alimentos, actualmente a cargo del ingenio oranense El Tabacal, emitió un comunicado confirmando la muerte de uno de sus obreros en las instalaciones de la empresa. No dieron mayores detalles, salvo que la policía investigaba el caso.
Martín Olivera, secretario del Sindicato de Trabajadores del Azúcar (STA), se refirió al caso en una entrevista con medios de Salta Capital. Ahí dio más detalles del contexto en el que murió Juan Cancino, el obrero de 49 años que hace más de dos décadas trabajaba para El Tabacal, que hace poco pasó a manos de la Seabord, desde donde no tardaron en recortar el personal y ahora trabajan con un 20% menos.
Respecto a lo comunicado por la empresa, Olivera detalló a Nuevo Diario: “Dijeron que estaban analizando las cámaras de seguridad para ver qué había pasado y a qué hora. Dicen que lo encontraron muerto a las 8 de la mañana. No se sabe si se cayó, se descompenso o si los rodillos le agarraron la ropa”.
Al parecer el silencio por parte de la empresa fue total durante las primeras horas después de la tragedia. Incluso la familia de Cancino se enteró de su fallecimiento a través de los medios de comunicación. “Nadie en Tabacal atendía los teléfonos en ese momento”, detalló Olivera.
El secretario del STA también recordó el fallecido “Se quejó de la sobrecarga de tareas, porque les hacen hacer tareas de tres o cuatro operarios. Los tienen constantemente en movimiento y no les permiten los descansos. Él reclamo la situación porque inclusive a algunos les hacen cumplir 12 horas, estaba muy muy cansado y todavía faltan cuatro meses para que termine la zafra. A todos los tienen con el látigo”.
Olivera también señaló: “El Tabacal no quiere a ningún obrero, tiene desprecio por el trabajador. Cuando alguien tiene una enfermedad prolongada, lo siguen, averiguan todo del trabajador y después lo convoca a una reunión para desvincularlo de mutuo acuerdo por un dinero que está lejos de ser una indemnización por despido. Lo presionan para que se vayan”.