martes 3 de diciembre de 2024
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Sin oposición a la vista | Sáenz busca su reelección cabalgando sobre un “movimiento provincial”

El gobernador ya se hizo de las riendas del proceso. Arrancó con empresarios y productores, siguió con legisladores e intendentes, continuó con sindicalistas y se viene un encuentro con concejales. (Daniel Avalos)

La sensación de que la economía nacional y el sistema político que la administra penden de un hilo atraviesa también a salteños y salteñas. El temor provoca emociones encontradas. Están quienes desean que nos salvemos todos pero no saben cómo y están quienes optan por el atajo de desarrollar habilidades individuales para salvarse solos. Gustavo Sáenz marchó al encuentro de esa sensación de incertidumbre. Lo hace advirtiendo que un infortunio impredecible como fue la pandemia acentuó problemáticas en la provincia e impuso presiones inéditas a su gestión, pero asegurando que de esa experiencia traumática pueden extraerse aprendizajes.

“Algo que aprendimos durante la pandemia es que la única forma de salir adelante es todos juntos”, declaró el pasado lunes 4 de junio ante 19 senadores (de un total de 23), 55 jefes comunales (de un total de 59) y 40 diputados oficialistas (sobre un total de 43) que acudieron a la convocatoria denominada “Por más federalismo y unidad de los salteños” y a la que también adhirieron la intendenta Bettina Romero y su hermano diputado Juan Esteban. El evento forma parte de una serie de encuentros que se inició el viernes 24 de junio con empresarios, representantes de distintas cámaras y referentes de la sociedad civil; continuó el viernes pasado con sindicalistas y se repetirán pronto en la localidad de General Güemes con concejales de toda la provincia

La estrategia se adivina: los referentes de esos distintos sectores serán la correa de transmisión entre una sociedad angustiada y la invitación del gobernador a protagonizar una especie de “gesta” que adquiriendo la forma de un “movimiento provincial” permita sacar a Salta de la postergación que explica lo que también Sáenz remarca sin complejos: casi la mitad de la población salteña vive en situación de pobreza. El gobernador se muestra optimista y les asegura a los convocados que el éxito de la misión es posible si todos aúnan esfuerzos. Lo dijo también en su discurso del lunes 4 de julio. “Debe ser entre todos, por eso hablamos de igualdad y unidad. Soy un convencido que a esta historia no la cambia ni uno ni otro. Trabajando juntos todos los sectores de la sociedad la vamos a revertir”.

Claro que el optimismo y la mera voluntad no alcanza y por ello el gobernador indica cómo hay que encarar tal misión. Allí aparece el enunciado anti-grieta: desempolvarse de esa inclinación por imponerse y excluir al que no esté en el extremo propio; comprender que el progreso depende de avanzar recuperando lo mejor de cada sector y lo mejor de aquello que va quedando atrás; nadie debe renunciar a su identidad política pero sí deben estar dispuestos a librarse de dogmas para concentrarse en el superior interés del desarrollo provincial. Justamente allí – sugiere el gobernador – estaría la virtud de la gesta: todos los que se involucren podrán valorarse a sí mismos según el grado de entrega al desarrollo de Salta.

En definitiva, el “movimiento provincial” del que habla el saencismo sería una especie de comunidad de singularidades con una tarea inmediata: exigir que el centro del país reconozca a Salta como una parte del todo con iguales derechos que el resto; y que ello se traduzca en un reparto equitativo de recursos que hoy favorecen obscenamente al “país del centro” que cuenta con mejor infraestructura, energía y subsidios que abaratan servicios para quienes viven allí y en detrimento de los argentinos del interior que parecen condenados a vivir de las sobras de los que otros gozan y consumen. “Vamos a luchar y trabajar por estas cuestiones. Por eso le pido a todos los que representan a cada departamento, a cada ciudad de nuestra Salta, que inviten a todos los sectores de la sociedad a acompañar este documento que no es político, sino que quiere que todos los argentinos tengamos las mismas oportunidades”, dice Sáenz.

Habría que matizar la valoración “no política” del documento citado por el gobernador. Puede que el escrito en sí mismo no lo sea, pero la convocatoria a conformar un “movimiento” sí lo es al menos por dos razones: la “gesta” debe desarrollar musculatura política provincial para disputar intereses con Nación y las personas que ya participaron de los encuentros conforman en los hechos una intrincada red de empresarios, dirigentes sociales, senadores, diputados, intendentes, concejales y cientos de intermediarios que son capaces de llevar una candidatura a los rincones más alejados de la provincia para darle calor popular a la misma.

Gustavo Sáenz será ese candidato y las tareas que ejecuta dejan en claro que ya sabe cómo quiere que la ciudadanía lo identifique: como la persona que sintetiza la aspiración colectiva de salteños y salteñas que desean que los minerales de la cordillera, el tabaco del Valle de Lerma, los vinos calchaquíes, la belleza de nuestros paisajes, la potencia agrícola – ganadera del sureste, el azúcar salteño, la producción frutihortícola de Orán, los hidrocarburos de San Martín y nuestra ubicación estratégica para un corredor Bioceánico nos hagan menos dependientes del puerto y no encamine hacia una provincia moderna y pujante.

Sáenz monopoliza hoy ese enunciado. No le cuesta hacerlo. Entre otras cosas porque a diez meses de la elección al frente no se avizora casi nada. Ni candidato opositor con volumen político ni plafón organizativo que permita pensar en un armado político provincial robusto para disputar una gobernación.

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