El ministro de Energía Juan José Aranguren dijo que los 88 millones de dólares que tiene en el exterior seguirán afuera porque “el país no es confiable”. Godoy habló de ello y aseguró que con esos funcionarios no hay chance de inversiones productivas.
Las declaraciones que realizara ayer el ministro más identificado con los tarifazos del gobierno nacional, Juan José Aranguren, fueron el deleite para la prensa habida de titulares: sus 88 millones de dólares depositados en el exterior según su última declaración jurada, “seguían en el exterior” y su decisión de no traerlos al país «tenía que ver con la confianza que hemos perdido en Argentina”.
Fueron numerosos los políticos del país consultados al respecto y cuarto.com.ar hizo lo propio con el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Manuel Santiago Godoy, quien aseguró que en esas declaraciones hay una curiosa mezcla de torpeza política y sincericidio propio de los CEOs.
“Es curioso el caso de Aranguren. Por un lado representa la torpeza verbal macrista en el sentido de que protagonizan exabruptos políticos en los momentos menos oportunos, aunque no es menos cierto que esas torpezas provienen de funcionarios que como Aranguren son accionistas de empresas poderosas como Shell que además se beneficia de las políticas energéticas que el propio Aranguren toma. Y esto es asombroso pero es lo que ocurre cuando los dueños de las grandes riquezas del país son también las personas que gobiernan. El problema es que cuando se enojan y hablan lo hacen no como funcionarios preocupados por el bien común, sino como accionistas preocupados por sus rentabilidades. Aranguren, en definitiva, razona como lo hacen los empresarios que constantemente fugan dólares del país”.
Consultado si esas declaraciones afectan la lluvia de inversiones que el gobierno nacional pregona, Godoy respondió: “Yo diría que esas declaraciones consolidan una tendencia: acá sólo vienen a invertir los que ganan con la timba financiera, un tipo de especulación que no genera trabajo pero sí ganancia rápida y que además tienen todas las facilidades para luego sacar la plata del país. Para esos “inversores” las declaraciones de Aranguren son la prueba de que la Argentina de Macri es el paraíso de los buitres. Ahora, si vos me hablás de los inversores que desean montar una fábrica que produzca bienes o servicios que generen trabajo de manera sostenida para miles de personas, esos inversores lo escuchan a Aranguren y salen corriendo. Si el presidente Macri está interesado en ese tipo de inversores, lo menos que debería hacer es que funcionarios como Aranguren hablen por los medios cuando exista un horario de protección al inversor”, ironizó el dirigente justicialista.