Ante la posibilidad de mover el paso fronterizo a 50 km de su ubicación actual, desde el lado boliviano y argentino se oponen a la medida porque auguran que eso perjudicará la economía de ambas regiones.
Una semana atrás la prensa tarijeña deslizaba la posibilidad de que el gobierno de Evo Morales tenía planes de ya no utilizar como paso internacional el actual puente que une la localidad boliviana de San José de Pocitos (Yacuiba) con Salvador Mazza.
La idea deviene de un convenio firmado una década atrás, según el cual el paso internacional se trasladaría a D’Orbigny, localidad ubicada a 50 kilómetros de Pocitos, donde tomaría el nombre de Puente Yazma. Con el correr de los días el rumor creció hasta convertirse en una constatación.
La noticia cayó como un balde de agua fría tanto a los comerciantes de ambos lados como a sus pobladores. «Este traslado implicaría la muerte de toda actividad laboral y comercial para los 50 mil hombres, mujeres y niños que habitan en Pocitos», indican en una carta remitida al presidente boliviano, según informa Nuevo Diario.
En tanto, la Coordinadora del Departamento San Martín, lideradas por Mario Rearte y Raúl Zigarán, solicitó el acompañamiento del Gobierno nacional para que a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y de cancillería no se traslade el puente.
«Fuimos engañados con falsas promesas incumplidas, repudiamos y rechazamos los acuerdos firmados por ambas naciones por la obra Puente Yazma, el 19 de septiembre de 2009. Conocemos y sabemos que hay otros intereses, solo aspiramos a trabajar y vivir con dignidad y no queremos ser fronteras fantasmas», aseguraron desde la Coordinadora
El planteo actual es que no se construya un puente a 50 km de distancia, sino uno nuevo al lado del que ya existe. Incluso del lado boliviano pretenden que a Pocitos se le reconozca el estatus de municipio, para que pueda tomar sus propias decisiones.