Cintia Fernández (23) fue asesinada en mayo de 2011. Tras una intensa lucha de la madre de la joven, fue condenado el ex policía Mario Federico Condori. Ahora le toca el turno a la oficial Gimena Núñez por falso testimonio y encubrimiento.
Cintia Fernández fue hallada sin vida por su madre Ana el 3 de mayo de 2011, en el departamento en el que vivía en Parque La Vega. Según las pericias, la joven murió cinco días antes de su hallazgo por asfixia por sofocación, al tiempo que cuerpo presentaba lesiones compatibles con golpes en la cabeza.
Comenzó entonces la lucha de su madre Ana por dar con los responsables del hecho. En junio del año 2019, el ex policía Mario Federico Condori, de 39 años, fue condenado a 23 años de prisión por el asesinato de la joven. Además de la condena, el tribunal dispuso el cese de la detención domiciliaria y fue trasladado a la Unidad Carcelaria 1.
Un capítulo en la lucha de Ana Fernández había concluido, pero ahí nomás comenzaba otro: el de enjuiciar a los cómplices necesarios del crimen. Era el caso del ex policía Calixto Mamaní, quien era compañero de Condorí en la División Trata de Personas y en la Brigada de Investigaciones; y de la oficial Gimena Nuñez, que intervino en el inicio de las investigaciones del homicidio y fue jefa del imputado en la fuerza.
El juicio contra esta última empieza hoy y Ana Fernández recordó en InformateSalta cómo vivió la causa, las consecuencias del falso testimonio, la condena que espera y el dolor por la pérdida de su hija que aún continúa. “Ella ha subestimado, al igual que mucha gente, el juicio” dijo Ana aduciendo que este juicio seguramente impactó a la oficial que no esperaba se lleve a cabo. “Creyó que se iban a creer las mentiras e iban a salir ilesos”.
Si bien manifestó que todos tienen derecho a defensa, no puede explicarse cómo la imputada puede contratar un abogado desde 2019 a la fecha que cobre en dólares: “hay dos cosas, o estas en el narcotráfico o en la trata de personas, no es una familia de dinero como para decir que la banca la familia”.
Adujo además que podría contar con protección política o judicial, lo cual explicaría que se desenvuelva normalmente: “le dieron permiso para que vaya a trabajar (…) llega libre al juicio” remarcó. “No puede ser gratis, tiene que pagar con cárcel”. Sobre el desenlace, dijo esperar la máxima condena, la cual sería de 10 años por los motivos que se le acusan.
Tras 13 años de la partida de su hija, su corazón se encuentra lleno de tristeza, sintiendo la compañía de Cintia a su lado, sosteniendo su mano para darle calma y temple. “Lo tomo como que está de viaje y algún día nos encontraremos”.