Mientras el jefe comunal mostró escaso conocimiento técnico del proyecto que involucra 23 hectáreas, la empresa urbanizadora fue señalada por irregularidades en Cerrillos. Los vaquereños exigirán cuentas hoy en una audiencia pública.
El incremento demográfico y el consiguiente aumento en la demanda de viviendas oxigena a las firmas urbanizadoras y afecta a municipios como Vaqueros por una combinación de factores: su cercanía con la ciudad de Salta; mayores factibilidades para generar infraestructura básica para viviendas; hábitos urbanos que deslizan a muchos a buscar un contacto más cercano con la naturaleza; precios que, sin ser bajos, sí lo son en relación a otros espacios abiertos como San Lorenzo; y la poca vocación de contralor que manifiestan jefes comunales como Daniel Moreno.
En ese marco, hoy se realizará una Audiencia Pública a partir de las 9 en el SUM del Colegio San Cayetano, en cuyas inmediaciones se desarrolla la urbanización de 23 hectáreas “Lares de Inmaculada” que ya ha generado polémicas por dos razones fundamentales. La primera tuvo que ver con el desconocimiento del que hizo gala el jefe comunal cuando los vecinos denunciaron poca o nula información sobre el proyecto.
Fue entonces cuando empezaron a encadenarse una serie de absurdos. Entre el 22 y el 23 de marzo se conocieron las quejas de los vecinos; dos días después el intendente salió a defender el proyecto por FM Aries, aunque admitiendo que desconocía cosas básicas; posteriormente el presidente del Concejo Deliberante, Sergio Avalos, denunció que a ese cuerpo no había llegado el estudio de Impacto Ambiental; aunque finalmente apreció una nota firmada por el secretario de Obras Públicas del municipio, arquitecto Emilio Pánico, que daba cuenta de que tal estudio -que Moreno no leyó y los ediles tampoco– llegó al municipio el 28 de febrero.
Nada pinceló mejor la ignorancia del jefe comunal que la rara defensa que ensayó del proyecto el 25 de marzo por FM Aries: “La verdad que no sé cuántos lotes son, pero son como seis hectáreas, por ahi (sic). No sé cómo lo han dividido, no es poca cosa. Es privado y no me puedo meter hasta que me traigan todos los papeles”, explicó, y aseguró que “no depende de la Municipalidad la aprobación general”. “Una parte sí, pero hay varios organismos van viendo. Creo que es una empresa muy seria”, agregó.
La empresa de la que Moreno sabía poco es MDAY Loteos, que en lo central se dedica a asociarse con dueños privados que aportan grandes extensiones de tierra mientras el desarrollador gestiona autorizaciones para el loteo y aporta el capital para proveer de infraestructura urbana a los mismos. Una vez garantizado ello, venden los lotes a un precio superior al original convirtiéndose en un pingue negocio.
La empresa ya fue señalada por vecinos y ediles de Cerrillos por incurrir en incumplimientos. En diciembre se concentraron en cinco proyectos de MDAY: Mollar I, Cerros de Miraflores, Miraflores I y II y Los Adobes que según los cerrillanos evadían obligaciones o estaban en camino de hacerlo. Una de esas obligaciones está contemplada en la Ordenanza 383/16 de ese municipio que establece que una vez finalizado el loteo, los desarrolladores deben donar las calles, veredas y ochavas del mismo al municipio, que es el que garantiza el mantenimiento de los mismos, aunque para aceptar esa donación el loteo debe contar con el servicio de cordón cuneta. Justamente allí, los denunciantes advirtieron que MDAY incumplía el requisito y por ello el municipio se negaba entonces a aceptar la donación de los loteos de al menos Miraflores I y Miraflores II que en conjunto sumaban un total de 33 hectáreas y 200 lotes.
A la hora de indagar cuánto dinero suponía tal incumplimiento, las respuestas indicaban que “ese tipo de obras costaría unos 17 millones de pesos. Es mucha plata para un municipio como Cerrillos; más teniendo en cuenta que se trata de una plata que debería desembolsar MDAY que ya vendió todos los terrenos” (dato que la web de la firma lo confirmaba en diciembre último). Cuando CUARTO consultó si ese incumplimiento es producto de la crisis económica o de una práctica recurrente, los interrogados se muestran inclinados a lo segundo.