Las tres mujeres que se encadenaron el lunes en un banco de la Catedral fueron removidas rápidamente del templo. ¿El motivo? La llamada que se hizo desde el Arzobispado a la Policía.
Una cosa es decir y otra es hacer. A las palabras se las lleva el viento. Podríamos usar varias frases hechas para graficar lo ocurrido este lunes en la Catedral de Salta, donde tres autoconvocados se encadenaron a un banco del templo para continuar con la protesta contra el gobierno y recibieron el rechazo de la Iglesia salteña, que habla mucho de solidaridad pero a la primera de cambio llamó a la Policía para desalojar a quienes reclamaban mejores salarios y condiciones de trabajo.
Según difundió Informate Salta, los autocovocados de salud y educación, que llevan varios días de protesta en la plaza 9 de Julio, ingresaron al templo y se encadenaron al primer banco buscando el dialogo con autoridades provinciales.
Allí dos mujeres y un hombre, permanecieron hasta horas del mediodía, cuando la policía habría invitado a los huelguistas a retirarse del lugar, obedeciendo a una denuncia radicada desde la Iglesia.