En Cuarto Oscuro (FM La Cuerda 104.5), el Secretario General del gremio de los docentes e investigadores universitarios – Diego Maita – relató las condiciones en la que viven y trabajan docentes y estudiantes en Salta.
Transcribimos a continuación la columna que el docente universitario salteño compartió con el programa radial en la mañana de hoy.
“La U.N.Sa. por su oferta académica, su estatuto y el convenio colectivo de trabajo que reglamenta las tareas docentes plantea casi exclusivamente la oferta educativa de manera presencial. Es la forma en la que siempre se han dictado, más allá de las experiencias de postgrado o cuestiones excepcionales vinculadas a plataformas virtuales.
Hay un gran debate sobre ´qué es la educación a distancia´ o el uso de plataformas porque no es lo mismo. La forma tradicional de enseñar e impartir enseñanza no es adecuada para los tiempos de pandemia, fundamentalmente porque la situación laboral lleva a que a veces en un anfiteatro para 200 personas haya un docente a cargo. Ya hay allí un problema pedagógico. Y demás tenemos la situación en donde muchas veces hay carreras numerosas como en la facultad de Económica o de la Salud y también algo de Humanidades donde muchas veces las aulas quedan sobrepobladas, no solo violando las normas de Higiene y Seguridad sino también, en esta coyuntura, potenciando las posibilidades de transmisión del COVID 19.
En ese contexto, estamos en un momento que institucionalmente se denomina “de acompañamiento”. Hay recomendaciones, con mayor o menor énfasis según las facultades, pero bajo el principio de no evaluar.
Ahora bien, ¿cuál es la realidad? Por un lado y en el marco del derecho de las sucesivas normas que se han dictado desde el Ejecutivo y los ministerios, tenemos una gran cantidad de docenes que hoy – aún con aislamiento domiciliario obligatorio – deberían estar en licencia porque son parte de la población en riesgo, tienen hijos menores que son menores y están en la primaria o en la secundaria, o en la situación de tener adultos mayores cargo.
Por otro lado, carencias – muchas veces – de trayectorias de formación o de experiencia en cómo abordar aprendizajes de esta manera: a distancia o virtual o la forma que se quiera nominarlo.
Y tampoco debemos perder de vista las dificultades en torno al equipamiento. A veces uno no tiene el equipamiento informático en la casa. Lo puede tener en la universidad y a veces teniéndolo no tenemos una estructura de internet. Es mi caso, soy secretario general del gremio que no tengo una buena infraestructura porque donde vivo la cobertura de telefonía celular no es buena y todavía no llegan las empresas que brindan internet. Esto para dar un ejemplo para entender cómo la falta de inversión de las empresas hace que muchas veces no tengamos acceso a la famosa conectividad.
Y un último factor que no me parece menor es la situación del estudiantado en general. No podemos pensar que el cien por ciento de estudiantes tiene una situación de disponibilidad de tiempo, de no tener que atender a nadie en el hogar, que posee computadora y que tiene buena conexión a internet. Pensar en este estudiante tipo, es excluir a un gran porcentaje. No podemos olvidarnos de que en Salta tenemos una heterogénea realidad geográfica, cultural, que muchos estudiantes van desde lugares distantes a donde se dictan carreras y a veces tenemos situaciones de mucha vulnerabilidad. El estudiantado se queda en la casa y en la casa puede no haber ni siquiera cobertura de internet.
Entonces ahí hay un gran problema y si la universidad descuida al estudiante no está cumpliendo su principal función en términos académicos. Si la universidad descuida a sus laburantes también puede ser responsable de las consecuencias que traiga esto para la salud.