Ayer una camioneta arrojó restos de carne en las orillas del río Carabajal de la localidad vallista, que como todo cauce de la zona desemboca en el dique Cabra Corral.
«No es la primera vez que sucede. Los carniceros son los primeros en venir a tirar los desperdicios de sus carnicerías. Otros comercios arrojan hasta mercadería vencida al río. Nadie controla, y como el cauce crece se lleva todo en cuestión de horas», afirmó Juan, vecino de la zona, en un matutino provincial.
La indignación del vecino vino después de que una camioneta colmara una margen del río con restos de entrañas y cortes de carne vacuna.
Los desechos arrojados allí son arrasados luego por los caudales fluviales que, a la postre, terminan en la represa situada en Coronel Moldes, Cabra Corral.
«Antes el río era para disfrutarlo, ahora no se puede ni pescar. Todos los desperdicios y la sobra de los comercios vienen a parar al cauce, no sé por qué toman esa actitud de venir y arrojarlos con total impunidad», cerró otra vecina del lugar.