El insólito caso tuvo lugar en la localidad de Sampacho, al sur de la provincia.
Sampacho es una localidad del departamento de Río Cuarto, al sur de la provincia de Córdoba. Actualmente se calcula que viven ahí unas 9 mil personas. Un pueblo pequeño, dedicado a la agricultura, la ganadería y la avicultura. Su principal parroquia es la de Nuestra Señora de la Consolata. En ella hay, al parecer, un cura párroco de lo más particular. En las últimas horas fue noticia nacional el “exorcismo” que le practicó al pueblo entero.
Resulta que este sacerdote no tuvo mejor idea que armarse de sal y agua, ambas bendecidas para la ocasión; y a bordo de camiones regadores de la municipalidad las dispersó por las calles del poblado. No faltó quien apuntara a que ese ritual obedecía a un exorcismo. Así fue como se difundió la noticia.
El intendente que autorizó el exorcismo, Jorge Devalle, de Cambiemos, perdió las últimas elecciones locales, y su mandato dura hasta diciembre. Precisamente Devalle conversó con la radio Cadena 3 para dar detalles de lo sucedido: reconoció que el cura, y no sería la primera vez, “recorre las calles del pueblo con la exposición del Santísimo Sacramento, porque desde hace seis años que se hace la Adoración Perpetua, y aparte de hacer una misa de imposición de manos todos los meses una noche, una vez al año hace esta regada con agua bendita y nosotros colaboramos con el camión regador junto con otra Municipalidad y los bomberos que hacen recorridas por el pueblo”.
Consultado su consideraba eso un exorcismo o una bendición, el jefe comunal dijo: “Bendice el agua y le coloca sal previamente bendecida como una forma de bendecir las calles del pueblo de los maleficios, pero no estoy capacitado para decir que es un exorcismo”.