En octubre de 2019, el operador de Juan Carlos Romero se despedía de la política salteña. Hablaba de las dificultades de Leavy y Urtubey para los años que venían y la necesidad de cuadros políticos en la provincia.
Ángel Torres falleció este miércoles y dejó un legado en Salta que será difícil de olvidar. Fue un actor principal de la política local. Estuvo detrás de Juan Carlos Romero y ayudó a la formación de Juan Manuel Urtubey. Su perfil bajo siempre estuvo ligado a su oficio, el del operador político.
A fines de octubre de 2019, Torres terminó su relación con la política de la provincia, tras una vinculación de más de treinta años. Horas antes de regresar a Buenos Aires, habló con CUARTO, cuando la tensión de la campaña electoral ya había terminado. Torres estaba satisfecho por el resultado obtenido por Romero y comenzaba la entrevista analizando la sorprendente remontada de Mauricio Macri en los comicios generales. “En el mejor de los cálculos y haciendo una notable elección, yo lo hubiera ubicado en el 38%”, decía y explicaba el 40% obtenido por Macri: “La concentración que hizo en las 30 ciudades le dio muchos resultados y esto abre un interrogante porque nosotros circunscribíamos al electorado de Macri a un sector de la clase media marcadamente antiperonista, o muy independiente, o muy de derecha. El 40% de este país es mucho más que eso. El interrogante entonces es quién va a capitalizar ese electorado”.
CUARTO: Hablemos de ese 40%. ¿Se trata ese sector de un gorilaje sin complejos? ¿Si es así, esa condición dificulta la gobernabilidad en el futuro?
Ángel Torres: Es muy difícil prever que ese 40% pueda tener un partido o una conducción de dirigentes por dos motivos. El primero porque el PRO es un partido porteño y en segundo lugar porque Mauricio está hoy lejos de constituirse en un jefe político nacional, pero sorpresivamente sí se instala con un 40% en el medio de una crisis política y cultural brutal. Eso lo obliga a ver qué hace en ese espacio.
En términos ideológicos ese 40% – que en realidad tiene un 30% de gorila de base – casi nunca ha llegado en la historia argentina a tener definiciones fuertes en lo político si no fue por dictaduras militares o prestarles a los radicales ese voto. Porque vos podés tener plazas llenas, pero a eso le tenés que colocar un proyecto y la verdad es que la demanda de la clase media silenciosa carece de proyecto. Tiene una idea de lo que no quiere, pero no tiene diez letras de lo que pretende.
C: Hablemos de Alberto y Cristina y de lo que se viene. ¿Crees que la Liga de Gobernadores y otras dirigencias justicialistas le va a dar la musculatura suficiente al kirchnerismo para encaminar económica y políticamente al país de acuerdo al proyecto de los Fernández?
AT: Van a pasar tres cosas simultáneas. La primera es que el peronismo se alinea una vez que se llega al poder; segundo: indiscutiblemente los votos son de Cristina Fernández; tercero: Cristina Fernández es hoy la mayor líder política de la Argentina, más allá de la opinión que tengamos de ella. Si a esto le sumás que va a ser la presidenta de la Cámara de Senadores, yo dudo enormemente de que el “albertismo” – una suerte de espacio donde entra una parte del sindicalismo y un grupo de gobernadores – pueda tener relevancia adentro del peronismo. El peronismo que llega al poder tiene el “volver” del kirchnerismo y sin duda alguna la fidelidad a una figura de una mujer como Cristina.
C: Vengamos para Salta. Los resultados de Urtubey fueron tan pobres que da la sensación de que ni siquiera queda urtubeicismo. ¿Es así?
AT: A mí me llama poderosamente la atención que Juan Manuel no haya podido lograr una dirigencia que pueda trabajar en su nombre o en una agrupación política como sí lo hizo Roberto Romero y Juan Carlos Romero. Esto que forma parte de la matriz de la política salteña de los últimos 50 años y que la gente denomina “romerismo” y que cuando Bettina Romero gana, el ideario colectivo dice “es de la familia Romero”. El romerismo ha existido, subsiste y es una familia de Poder con nombres y apellidos de personas en los barrios periféricos o en la clase media salteña. Esto – me da la impresión – que no lo pudo plasmar Juan Manuel. Lo que no sé es si él jamás lo pretendió o quizás estuvo lejos de imprimirle a su pensamiento un contenido ideológico y político para que lo sucedan.
C: Siento que ni siquiera quedan nombres importantes que el gobernador Urtubey pueda reivindicar como propios
AT: Yo creo que él nunca tuvo muchísimo interés en la candidatura a gobernador que lo suceda ni en la candidatura a intendente. En ese sentido discrepo con un montón de personas que dicen que Juan Manuel ha elegido a fulano de tal como candidato a gobernador, o ha tenido alguna idea de quien podía ser el intendente.
Desde mi óptica, creo que Juan Manuel imaginó una proyección de su figura a nivel nacional. Nadie puede hablar con el diario del lunes. La verdad es que estuvo enormemente perjudicado en esta situación por dos motivos. Primero porque es una figura joven que estaría en el damero de la política nacional para la próxima campaña presidencial, pero él se quedó en el medio. Cuando vos revisas la oposición encontrás desde Mauricio Macri a Martín Losteau no menos de cinco candidatos para disputar la presidencial dentro de cuatro años. Y dentro del peronismo olvídate: tenés desde Alberto Fernández al Chivo Rossi, pasando por algún gobernador como el caso del sanjuanino Sergio Uñac.
En el medio no lo encontras a Juan Manuel como un candidato de la oposición o del oficialismo. Le va a costar muchísimo volverse a insertar en este espacio. Creo que Juan Manuel – no es un error sino una mala prognosis – imaginó que no iba a profundizarse la brecha. Cosa que yo desde el primer día sostuve. Hace dos años dije que Alternativa Federal – que era un espacio de amigos comunes – no tenía mucho destino y terminó de evaporarse cuando entraron a perder tiempo con Roberto Lavagna.
C: Vuelvo a cuestiones que ya mencionaste. ¿Cómo explicás la vigencia de Juan Carlos Romero que va a trascender los doce años de Juan Manuel Urtubey?
AT: Con Romero pasan tres cosas simultaneas. Hay una enorme decadencia en la Argentina y Salta no escapa a esto, razón por la cual lo que sería la cabeza de Romero para tener una idea del proyecto y la administración de esta provincia cobra un valor enorme en semejante decadencia. Síntesis: Juan Carlos Romero ha sido el mejor gobernador de Salta de los últimos sesenta años. En estas circunstancias vos te das cuenta cuando calibrás a los candidatos a gobernadores que se expusieron al electorado provincial. La diferencia es enorme.
Segundo: Romero pasa a ser el mayor referente interno y externo de la provincia y sin duda alguna, quien diseñará en los próximos años o que va a ungir o bendecir o guiar mucho de lo que suceda en ella. Romero está hoy muy cerca de convertirse en una figura política de relevancia. El 100% de la política provincial mira y se guía por sus palabras y no hay mucha posibilidad de escapar hoy a su dominancia en el Poder.
En tercer lugar, sí creo que en una provincia que tiene severos problemas económicos y financieros, Romero y el grupo de legisladores nacionales que acaban de ser electos, van a tener la obligación de encontrarle alguna salida al tema.
C: Soy de los que creían que Romero esperaba para una etapa más relajada. Después de la elección y el fin de figuras importantes del macrismo en el senado, la política nacional le va a exigir protagonismo como parte de la oposición.
AT: Coincido con vos en que Romero esperaba para los próximos años una tarea más serena en la política nacional. Y yo hoy usé una frase con él que son esas frases históricas como la que acuñó Eduardo Duhalde en su momento: creo que Romero está condenado al éxito. Esto tiene que ver con que el resto de la dirigencia política de la provincia está lejos de su figura. Quizás como esa famosa idea del soldado que nunca dio un paso al frente, pero los otros fueron para atrás. Romero ha quedado en el medio de un escenario que lo obliga a ser el faro del cien por ciento de la dirigencia salteña.
C: Usted tiene muchos años al lado de Romero y siempre siendo pieza clave de las estrategias de campaña. Prescindamos de las elecciones como gobernador y quedémonos con las de senador en el 2013 y en estas. ¿Cuál fue más difícil?
AT: Esta fue más difícil y voy a explicar por qué. Vos tenías que arrancar una campaña nacional, luego interrumpirla para una provincial, luego volver a interrumpir la provincial y luego encarar una nacional. Todos los candidatos tienen un grupo de personas a lo largo y ancho de la provincia y tienen limitaciones porque es la Argentina, es América Latina. Razón por la cual es esfuerzo fue el doble de lo que normalmente lleva otra campaña. Sí es cierto y sin ser peyorativo, que la diferencia intelectual y política entre Romero y sus adversarios en la categoría de senadores es enorme.
C: ¿Los resultados del domingo van a influir en la tendencia que mostraron las PASO provinciales en la categoría gobernador?
AT: Yo sostuve y lo ratifico que cuando hay un cambio de signo en la Argentina y mucho más cuando aparece nuevamente el peronismo en el escenario, uno tiene que hacer un compás de espera. Uno tiene que ser prudente. Porque nosotros no sabemos cuánto habrá de incidir no sólo Alberto Fernández sino esencialmente Cristina Fernández en el interés de pelear la gobernación de la provincia de Salta. Es un interrogante. Lo que se comenta es que Cristina estaría viniendo a la provincia. Repito: Cristina no es una dirigente más; no es Alberto Fernández. Ella es una persona que hoy concita la adhesión y te diría casi la idolatría de miles de argentinos.
C: Entonces depende de que lo que haga Cristina. ¿Si la elección salteña depende de factores externos, ello habla de la decadencia dirigencial salteña de la que ya habló?
AT: No. Tiene que ver con otros dos motivos que son totalmente diferentes. Los candidatos a gobernador de la provincia, todos y sin exclusión no fidelizan con grandes partidos nacionales. Lo paso en limpio: yo no conozco a qué partido nacional adhiere el actual intendente de la ciudad; Alfredo Olmedo que había arrancado en el espacio de Cambiemos luego se baja; y Leavy no es un dirigente peronista que tenga respaldo nacional natural. Es un hombre del interior con fuerte arraigo en el norte y punto.
Entonces, cuando estos tres candidatos no están fidelizando su intención con los grandes partidos nacionales, todos los factores exógenos pesan por encima de ellos. Para sintetizarlo: la figura de Macri o la figura de Cristina son mucho más importantes que los tres candidatos a gobernador.
C: ¿Por qué Sergio Leavy no pudo capitalizar en las elecciones provinciales el fenómeno que generó la fórmula de los Fernández?
AT: Aclaro que no tengo relación con él. Es el único de los candidatos con el cual no hablo. No porque esté peleado, sino porque no se dieron las circunstancias. Razón por la cual creo que el punto débil de Leavy es no haber conseguido una estructura en la ciudad capital. Si él hubiera resuelto con una dirigencia importante resolver la elección en la capital, quizás estaríamos hablando de otros números. Él no pudo resolver eso, pero tampoco puedo saber si lo podía resolver o no. Si vos me preguntás descarnadamente en cuanto al resultado, yo suponía que el piso de ese sector iba a ser el 50%. No lo fue. Esto debe preocupar a ese sector.
C: Durante años te acostumbraste a responder sobre el dirigente o candidato tal. Ahora te pregunto otra cosa: ¿cuál es el futuro de Ángel Torres después de los buenos resultados de Romero que también son suyos?
AT: Es importante que me lo hayas preguntado porque casualmente Ángel Torres se está despidiendo en este momento de Salta. Te estoy dando una primicia. Ayer fue mi última colaboración en el plano de la política salteña. Volveré todas las veces que mis amigos o Romero me lo pidan, pero ayer fue mi último día de mi actividad como operador de la política salteña.
Y ayer cuando estábamos festejando con Romero el resultado, ya estaba mi cabeza puesta en la política nacional. Así que los que me vieron – como vos – en estos días, quizás no se dieron cuenta que se estaban despidiendo no de un mito, sino de un operador político que como se dice en el barrio “un poroto en la villa”. Pero bueno, creo que está culminada, cerrada y concluida la presencia mía en el plano político provincial. Me estoy despidiendo en este reportaje.
C: Entonces te hago la última pregunta. Conociendo como conocés la política provincial, ¿qué deseas para la provincia en los años que vienen?
AT: Estoy muy preocupado por el futuro de Salta. Te podría decir que es una provincia que necesita urgentemente generar cuadros políticos importantes. Esto ha desaparecido. Vos tenés que pensar que cuando yo comienzo a trabajar con Romero en Salta estaba sólidamente plantado un partido opositor como el PRS, que tenía varias figuras. El peronismo ni hablar y el radicalismo si bien no era tan importante como estas dos fuerzas, era mucho más importante que hoy.
Entonces el primer punto es: no hay posibilidad de tener un sistema político o institucional fuerte, si no tenés partidos políticos y Salta, hoy, los partidos políticos son muy débiles. Síntesis: urgentemente hay que generar un nuevo tejido político en la provincia.
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