martes 15 de octubre de 2024
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Años después | Una empresa que ocupaba tierras en Salta deberá restituirlas

Es Pernod Ricard, que tenía 32 hectáreas en su poder en Cafayate. El fallo en segunda instancia ratificó la decisión.

No prosperó la apelación que realizó la empresa Pernod Ricard en el caso de las 32 hectáreas ocupadas en Cafayate. Ahora, la Cámara de Apelaciones Civil y Comercial de Salta falló en segunda instancia a favor del municipio.

Radio Cafayate informó que los abogados anunciaron que la Municipalidad de Cafayate podrá solicitar el acceso a las 32 hectáreas y proceder a la remoción de las vides plantadas en parte de los terrenos. Además, se ha señalado que la Municipalidad podría aplicar un nuevo uso a las tierras, considerando que la donación original, realizada por la familia Etchart, estaba destinada a la creación de una pista de avión, propósito que ya ha sido cumplido en otro lugar.

Una historia de larga data

La empresa francesa aseguraba haber adquirido las 32 hectáreas en 1996, cuando compraron la bodega Etchart. Aunque esas tierras identificadas con el catastro 2078 habían sido donadas al municipio en 1962 por quien fuera la esposa de Arnaldo Etchart: Carmen Rosa Ulivarri.

Esto último es lo que aseguraba el nieto, Nicolás Etchart, quien además aportó pruebas documentales para corroborar la versión. La primera es una nota del 8 de septiembre de 1962 donde, la «Sucesión» de Arnaldo Etchart -quien en 1938 había comprado la finca de 65 hectáreas para dedicarla a la industria vitivinícola-, escribió lo siguiente: «Tenemos el agrado de dirigirnos al señor director [de Aeronáutica Provincial] a efectos de formalizar la donación -que verbalmente se hiciera el gobierno anterior- de un campo de nuestra propiedad, destinado a pista de aterrizaje de ésta localidad». Después de precisar la ubicación de la misma -un kilómetro al este de la ruta nacional 40- y la extensión aproximada de ella -170 metros de norte a sur y 2.000 metros de oeste a este- los sucesores aclaraban: «dejamos expresa constancia, que en caso de desvirtuarse el objeto de esta donación, la misma será de ningún valor, debiendo restituirse el campo a sus actuales propietarios, herederos o sucesores». El documento fue declarado auténtico por la escribana Susana Josefina Uriburu el 12 de enero del año 2009.

Pero esto no es lo único que corrobora tal versión. También lo hace el decreto 962 del año 1980 rubricado por el exgobernador de facto Roberto Augusto Ulloa. El decreto en cuestión refrendaba la ordenanza N° 8 del año 1979, que había sido aprobada en Cafayate y que venía a darle legalidad a lo que hasta entonces había funcionado de hecho: el uso de esas tierras para la pista de aterrizaje que además debía denominarse como los donantes habían pedido, esto es con el nombre de Arnaldo Etchart. El documento en cuestión aporta mayores precisiones: efectivamente la viuda del bodeguero había realizado la donación en 1962, la extensión de la misma era de 31 hectáreas 9.505 metros; está identificada con el catastro 2078; hasta noviembre de 1979 ni la provincia ni el municipio habían aceptado formalmente la donación aunque la mantención, control y ampliación de la pista estuvieron a cargo de este último; y se formalizaba la aceptación del bien. Esa es la razón por la cual la Cedula Parcelaria indica que efectivamente el terreno era propiedad del municipio.

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