El historiador habla del prócer como un «héroe de la independencia nacional» y lo califica como «el padre de los pobres».
En Salta, los autoproclamados guardianes del legado de Martín Miguel de Güemes son provocadores, patoteros y están liderados por autoridades que no tienen mucho que ver con el pueblo de la provincia. Son, más bien, cholos de clase alta que no se identifican con la denominación que el historiador Felipe Pigna utilizó para describir al prócer: Padre de los pobres.
En un artículo publicado en la revista Caras y Caretas, Pigna habla de Güemes como un «héroe de la revolución, de la independencia nacional y de la emancipación americana».
«El salteño hizo de la guerra gaucha la táctica y el instrumento que llevaron al norte argentino a su liberación de la amenaza realista», agrega y lo señala como una «figura central de nuestra historia».
«El salteño pronto comprendió que tendría que arreglárselas solo para cumplirle al único jefe que reconocía: don José de San Martín. Sabía que sus gauchos, de tanto pasar penurias, ya estaban ‘amigados con la escasez’, pero que lo poco que tenían lo entregaban por la causa, desde sus hijos hasta sus escasas mantas y víveres», escribió Pigna, y agrega: «Los únicos que no eran voluntarios, los que no mostraban la mínima voluntad de contribuir con la revolución, eran los miembros de la mal llamada ‘clase decente’ de la sociedad salteña».
Y sigue: «Es que el gobernador, con toda lógica, había suspendido el comercio con el Alto Perú porque sabía que era la fuente de abastecimiento del enemigo. Hacia las bases realistas iban los caballos, las mulas y los víveres enviados por los ‘decentes’ de Salta. A partir de entonces, estos señores disputaron con los españoles el puesto de principales enemigos del ‘padre de los pobres'».
