El nombre de Marcelo Lotufo hace años que está inscripto en una lápida, mientras los restos de Humberto Blas y Jorge Sisterna fueron identificados en marzo del 2018. Hasta entonces en sus tumbas se leía “Soldado argentino solo conocido por Dios”.
En las Islas Malvinas se encuentra el Cementerio de Darwin. En él yacen 238 soldados argentinos en un total de 230 tumbas. Hasta marzo del año 2018 en las lápidas de 123 de esas tumbas se leía lo siguiente: “Soldado argentino sólo conocido por Dios”. Pero desde entonces más de 100 soldados caídos ya cuentan con su respectiva identificación gracias al trabajo que llevaron adelante La Cruz Roja Internacional y el equipo de Antropología Forense que contó con el apoyo del gobierno de los dos países que protagonizaron el conflicto bélico en 1982: Argentina y Gran Bretaña.
En ese proceso se pudieron identificar dos salteños que tras caer en combate fueron enterrados como NN. Uno de esos soldados era el oranense Jorge Luis Sisterna, un joven que había cumplido los 20 años en plena guerra, que era ingeniero anfibio y cuya misión en el conflicto bélico era colocar minas en territorio británico.
“En mayo de ese año los británicos logran filtrar un campo minado en Monte Dos Hermanos lo que supone que habían logrado identificar y retirar las minas que dificultaban su paso. Entonces las fuerzas argentinas necesitan que se vuelva a colocar las minas y mi hermano se ofrece para hacerlo. En esa misión estaba cuando se enfrentan con los ingleses y Jorge y los dos compañeros de su patrulla son muertos”, relató a CUARTO su hermano César, un reconocido docente de la ciudad de Orán.
“La primera medalla que obtuvo Jorge Luis Sisterna no tuvo nada que ver con la actividad militar. La condecoración llegó un 17 de junio -fecha en la que se conmemora la muerte del héroe gaucho Martín Miguel de Güemes- en una peña de Orán, al norte de la provincia de Salta. “Buenas noches: yo soy el Chango Batata”, se presentó sobre el escenario y encandiló con su voz a todos los presentes, relató en febrero del 2018 el diario La Nación cuando informó que su cuerpo había sido identificado y entrevistó a su madre Adelma Méndez, quien relató que Jorge “Era un chico obsesivo por el orden, le gustaba tener todo acomodado. Su único punto débil era el estudio: por eso dejó los libros y se metió en la Armada”, contó.
Oscar Humberto Blas
El otro soldado salteño identificado recién en el año 2018 fue Oscar Humberto Blas. Había nacido en Salta donde vivía con tres hijos y su mujer que estaba embarazada cuando él partió a las islas. Era sargento primero en la Compañía de Comando 602 y según sus compañeros era de carácter fuerte y viajaba por todo el país instruyendo comandos de paracaidistas.
Al día siguiente de haber llegado a las islas, el 30 de mayo de 1982, cayó en circunstancias nunca definidas con precisión, según explicó su viuda – Nora del Valle Juárez – quien esperó al marido hasta que murió en 1993. “Nora del Valle Juárez pasó infinitas horas esperando que su marido volviera de la guerra. Y cada vez que sonaba el timbre, daba un respingo y sus esperanzas languidecidas renacían. Así se consumieron diez años de su vida, hasta que aceptó que Oscar no volvería. Nora estaba acostumbrada a las prolongadas y frecuentes ausencias de Oscar, que por compromisos profesionales debía dejar su hogar en Salta para viajar por todo el país: era sargento primero del ejército y se había especializado en la instrucción de comandos de paracaidistas”, precisó el diario La Nación también en el mes de febrero del 2018.
Marcelo Lotufo
En el año 2012 el sitio web del diario Clarín produjo una infografía animada del cementerio argentino que permite al visitante web recorrer las tumbas y conocer las historias de los combatientes identificados. El salteño que decida hacerlo se encontrará con una particularidad: de las 230 fosas sólo 2 son comunes y en cada una de ellas yace un coterráneo: Marcelo Lotufo y Luis Guillermo Sevilla (sobre éste último consultar la nota “Luis Sevilla: el héroe de Rosario de la Frontera que finalmente le consiguió una casa a su madre”)
Marcelo Lotufo había nacido el 7 de septiembre del 1948 en nuestra ciudad, le decían Pelusa y egresó de la Escuela de Aviación Militar en 1971 y en 1981 pasó a la II Brigada Aérea. Casado con Alicia Brigada fue padre de Marcelo César. Ya en pleno conflicto bélico -el 7 de junio de 1982- se montó con 4 compañeros a un Leart Jet civil que debía sobrevolar la isla Gran Malvina para realizar reconocimientos fotográficos. A las 9,15 de la mañana la nave fue alcanzada por un misil AIM 9L HMS disparado desde el destructor británico Exete.
Pese a las maniobras realizadas por el piloto, la nave se estrelló sobre la Isla Borbón al norte de Gran Malvina. Los restos de Lotufo comparten la fosa con los tripulantes del avión: Rodolfo Manuel De la Colina, Juan José Ramón Falconier, Francisco Tomás Luna y Guido Antonio Marizza. Así lo indica la infografía animada publicada por Clarín hace años, aunque publicaciones web de la Fuerza Aérea aclaran que aun cuando en la placa se inscribieran los nombres de los cinco tripulantes, en la fosa se enterraron sólo dos cuerpos por no haberse encontrado los restos de los tres restantes.