miércoles 15 de mayo de 2024
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Vaqueros | Entre desarrolladores inescrupulosos y las zonas grises de la ley salteña

El lunes las llamas amenazaron a las viviendas ubicadas en la ladera de uno de los cerros de Vaqueros. Verónica Ardanaz relató esas horas dramáticas, la solidaridad de quienes controlaron el fuego y las razones humanas que explican los incendios.

“Realmente fue una experiencia muy dramática”, comenzó diciendo Ardanaz al ser consultada sobre cómo vivieron los vecinos del lugar los episodios ocurridos. Fue en el programa Cuarto Oscuro (FM La Cuerda 104.5). Allí explicó que al notar las señales del incendio – el olor que trae en viento, la humareda y luego las llamas – los vecinos comenzaron a desplegar algunos protocolos que poseen internamente.

“Ello incluye garantizar los perímetros, retirar las ramas y hojas secas que en esta época son comunes y dar las señales de alarma a los bomberos de Vaqueros y La Caldera con los que tenemos comunicación. También hablamos al 911. Todos vinieron bastante rápido comenzamos a realizar un trabajo muy coordinado. Quiero destacar la solidaridad de los vecinos de Vaqueros que se comunicaron para prestar colaboración. Por supuesto fue muy dramática la situación de las casas que estaban más arriba cuyos habitantes debieron ser evacuados por prevención. Era un escenario dantesco: llamas de 5 o 6 metros de altura que iban bajando con bastante rapidez. Además del trabajo increíble de las dotaciones de brigadas – Defensa Civil, Bomberos, la Brigada Forestal, policías y el intendente – la Madre Tierra puso su parte porque increíblemente no había viento, se nubló y bajo la temperatura de manera drástica. Eso ayudo a la labor que se estaba haciendo. Como a las 2 o 3 de la mañana se empezó a controlar la situación. Al otro día amaneció con focos que fueron también controlados por prevención”, recordó.

A la hora de analizar las causas de lo ocurrido, Ardanaz negó que pueda atribuirse a causas naturales y relató que todo indica que el fuego se inició en las líneas de alta tensión. “Constaté con los jefes de bomberos y coinciden en que ninguna causa es natural. Lo aclaro porque parecería que con el calor o la sequedad el fuego se enciende espontáneamente. Eso no pasa. Esto es la mano humana y hay varias razones. Una puede ser la práctica antigua de quemar pastizales para dar pastura nueva a los animales, lo cual era común cuando nadie vivía en los cerros; otra práctica lamentable es que se queman pastizales para cazar; pero también, y nosotros lo hemos constado, sucede que se están haciendo loteos indebidos en la zona. Gente que de manera inescrupulosa compra muy barato, hace caminos que no corresponden, para venderlo tienen que deforestar – algo que no se puede hacer en esta serranía – y después tienen que quemar para que se vea más bonito el terreno a vender. Esa práctica fue foco de muchos de los incendios que hubo durante estos años y posiblemente haya sido una causa. Los que recuerdan cuando se inició éste incendio, señalan la cuarta antena de alta tensión. Lo que está sucediendo ahí es un loteo que casi seguro no tiene autorización porque no se puede vivir bajo la línea de alta tensión”, advirtió.

En ese marco, la vecina pidió que el Estado controle lo que está ocurriendo con esos proyectos de urbanización. “El tema es muy complejo porque muchos desarrolladores aprovechan la belleza del lugar, la vista, las zonas grises que tiene la ley y la falta de controles estatales para ingresar en estos bosques que según la Ley de Bosques es una zona amarilla. ¿Qué significa? Que si se decide hacer algún tipo de construcción o urbanización tiene que haber un respeto riguroso del medio ambiente. Esta zona es de una amplia diversidad biológica por ser zona de transición entre yungas y valles. Se puede habitar, pero respetando parámetros muy rigurosos. Entonces los vecinos estamos muy desamparados. Por un lado, tenemos que pelearnos con los desarrolladores que venden cualquier cosa y a cualquier forma; por otro lado, está la ausencia del Estado que no articula las leyes previstas: la ley del loteo es del año 1948 y, con todas la enmiendas que se le hicieron, es una ley antigua que debe articularse con la Ley de Bosques y una nueva conciencia ambiental que es propia del siglo XXI”, sentenció.

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