lunes 29 de abril de 2024
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Salta, Jujuy y Catamarca | Litio: uno de los recursos del norte argentino que el mundo más demanda

En una economía en crisis, las cosas serían más difíciles sin este sector que empezó a consolidarse en el año 2022 que se va. En tres provincias del NOA se encuentra una de las fuentes más grandes de litio del mundo: los salares.

Se trata claramente de uno de los nuevos sectores que representan una oportunidad de crecimiento para el futuro inmediato y que según los especialistas le está cambiando la cara a regiones olvidadas como la nuestra. “En el norte del país se encuentran distintos colores políticos, diversidad social y un foco turístico de los más productivos del país. Sin embargo, en zonas específicas, debajo de tierra rocosa de tonos blancos, yace una de las fuentes más grandes de litio del mundo: los salares” destaca un largo informe publicado por el diario Clarín en su edición de hoy.

Se trata del litio: metal blando, pilar en la carrera por la movilidad sustentable y la transición energética, recurso que comenzó su auge en el mercado internacional hace algunos años pero en 2022 su precio se disparó y tocó hasta 67.000 dólares la tonelada.

“Para 2026 Argentina podría estar exportando 2.585 millones de dólares con una generación neta de empleo de más de 7.200 puestos de trabajo en la industria de la minería de litio, según detalla un informe de la Cámara de Empresarios Mineros de agosto de 2022. Para dentro de cuatro años, el país podría producir más de 287 mil toneladas de Carbonato de Litio por año. En efecto, en caso de tener en producción todos los proyectos que en la actualidad están en desarrollo, la cantidad total de toneladas podría llegar a 400.000 por año” precisa el informe.

Por delante de Argentina se encuentran Australia, China y Chile. Si bien el caso chileno puede ser comparado al argentino debido a la naturaleza del proceso de extracción mediante salares, Australia obtiene el litio a partir de pegmatitas con un proceso similar a la minería clásica. En Argentina, el carbonato de litio se obtiene mediante el procesamiento de la “salmuera” que se halla en los salares del país. Así, este método empleado se puede comparar más a la extracción de petróleo que a la minería clásica.

Jujuy, Catamarca y Salta son las tres provincias que forman parte del “triángulo del litio” con Chile y Bolivia. Además, allí es donde se concentran todos los salares de donde se puede extraer litio. En la actualidad, Argentina cuenta con más de 50 proyectos, que van desde etapa de investigación y prefactibilidad hasta producción.

“Si vemos el aporte de la industria del litio en el desarrollo económico de la Argentina, lo separaría en dos: uno en lo que hace al aporte a las provincias y nación en lo que hace a fuentes de ingresos por inversiones, exportaciones, impuestos y otros, y el otro factor que tal vez sea tanto o más importante que es el aporte al desarrollo de estas regiones y sus comunidades”, comentó Gabriel Rubacha, socio fundador y Director de NOA Lithium Brines.

Un proyecto demanda de dos a tres años en ponerse en marcha. Una vez en producción, tarda otros tres más en alcanzar la plena capacidad. Desde la fase de factibilidad/exploración avanzada hasta la puesta en producción pasan de tres a seis años. No obstante, menos del 1% de los proyectos en exploración inicial/prospección llega a la fase productiva. Con inversiones de tan largo plazo, la mayor complicación para el país es retener el potencial nacional.

En ese sentido, el litio no es un commodity. Su precio se define en contratos privados en los que factores como la pureza determinan su precio de venta. Por ejemplo, para que el litio pueda ser utilizado en la producción de baterías se necesita una pureza del 99,6%.

Argentina, a nivel país, tiene proyectos para producir baterías con Y-TEC, la rama de desarrollo tecnológico de YPF además de un plan de movilidad Sustentable potenciado desde la gestión de Matías Kulfas en Desarrollo Productivo. Escalar en la cadena de valor del litio es un eje fundamental de las políticas del gobierno.

Las empresas, por su parte, firman contratos privados con automotrices y productores de calibre mundial para exportar el carbonato de litio, como el contrato que tiene la empresa Livent con BMW. La empresa productora de litio con planta en Catamarca espera llegar a 100.000 toneladas para fines de 2030.

Pero, esta industria también genera cuestiones medioambientales que deben ser cuidadas y protegidas. “El proceso de extracción del litio y la producción de sus derivados presenta un potencial peligro para las reservas de aguas subterráneas dulces (en cuanto a su cantidad y calidad), reservas de agua potable para la población aledaña, más aún cuando los salares de la Puna y el altiplano constituyen cuencas endorreicas y su dinámica depende de los sistemas de recarga y de pérdida por evaporación en un contexto de escasas precipitaciones, todo ello en un contexto donde un tercio de los acuíferos del planeta se encuentran bajo un proceso de agotamiento “, detalla un estudio de la Universidad Nacional de la Plata.

Argentina, entonces, se topó con una economía que se encuentra en pleno desarrollo de la industria del litio, con grandes carteras de inversiones y proyectos que podrían potenciar el desarrollo del país con un rol clave en la movilidad sustentable a nivel mundial. En estos 20 años descubrimos una industria que tenemos para desarrollar por, al menos, 20 años más.

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