El libro ya está disponible. Fue escrito en colaboración con Marcelo Figueras.
Ya está disponible «Recuerdos que mienten un poco», el libro autobiográfico del Indio Solari. Las esperadas memorias del líder de Patricio Rey fueron realizadas en colaboración con el escritor Marcelo Figueras.
«La memoria es lo que uno recuerda, sí, pero al mismo tiempo es lo que uno cree que recuerda, y además lo que dice que recuerda. Porque todos adornamos las anécdotas de nuestras vidas, las sacudmos un poquito para que sean más graciosas. Y además comprimimos los tiempos: leído el texto al vuelo parece que a uno le pasaban cosas constantemente, cuando la vida está llena de horas muertas. Pero tampoco hay que olvidar que en 70 años -créanme- pueden pasar muchas cosas», asegura el Indio desde la contratapa del libro, que lo muestra de manera misteriosa en la portada, quizás como más le gusta.
El libro, de 863 páginas, ya está a la venta en Buenos Aires y se consigue por 999 pesos. Desde mañana estará disponible en todo el país.
Solari reconstruye su propia vida, desde el encuentro entre sus padres hasta hoy. De su infancia entre Paraná y La Plata al disco que acaba de editar, el Indio recorre cada momento clave de su vida, de su música y del fenómeno al que dio vida sin planearlo. Disco por disco, letra a letra, en este viaje está todo: sus ideas, inspiraciones e influencias, su proceso creativo, las drogas y la psicodelia, la ciencia ficción, sus lecturas y sus acercamientos al cine. Violencia es mentir. El lujo es vulgaridad. Nuestro amo juega al esclavo. Vivir sólo cuesta vida. El futuro llegó hace rato: los versos, muchos de ellos clavados para siempre en el inconsciente colectivo, convertidos en banderas y remeras, asediados por especulaciones e interpretaciones, motivos de ensayos y libros, ahora son finalmente objeto de memoria y de charla, sin por eso pretender “explicar” o matar la magia sino echar luz, recuperar el rayo creativo, reconstruir un momento. El relato de las experiencias originales del hippismo y luego de la ardua batalla por conservar la independencia y la libertad entre los mercaderes de la industria cultural pone en escena un proceso que fue producto menos de un plan que de un conjunto de firmes convicciones. De ese relato forman parte las polémicas, las peleas con sus compañeros de banda, los desencuentros con una parte del periodismo. Y también la muerte de Walter Bulacio y las reverberaciones del recital con que el Indio se entregó a su público en vivo, en Olavarría 2017, quizá por última vez.
En un extenso y dinámico recorrido con un interlocutor perfecto, el periodista y escritor Marcelo Figueras, cada parada del trayecto va revelando, en retrospectiva, esa extraña capacidad para captar el pulso de cada época, ese talento extraordinario que, casi sin proponérselo, caracterizó a sus canciones. En plena conciencia de su presente, que nunca parece detenerse: su enfermedad, la pelea interminable con los medios, los poderosos y sus intereses.
“Pocas materias son más plásticas, más maleables que la memoria”, dice el Indio. “La memoria es lo que uno recuerda, sí, pero al mismo tiempo es lo que uno cree que recuerda, y además lo que dice que recuerda”. A lo largo de casi mil páginas, el hombre que reservó su imagen y sus palabras a lo largo de cuarenta años de carrera cuenta su historia como la recuerda, y como no la había contado nunca.
ALGUNAS CITAS DEL LIBRO
EVITA
“Dicen que ahí me tuvo en brazos Evita, la hermosa muchacha de Los Toldos. Algún bien debe haberme transmitido. Evita siempre fue el Lado A para mí. Si no hubiese puesto a mis viejos en la tapa de El ruiseñor, el amor y la muerte, la habría puesto a ella.”
LA VOCACIÓN
“Cuando me echaban de todos los colegios, yo no me ponía contento. Uno no se jactaba de algo así, porque dolía. Además había que bancarse a los padres remachando eso de que con la guitarrita y con la escritura me iba a cagar de hambre. Y la realidad parecía darles la razón: tus compañeros se habían recibido y vos seguías amurado en un cuartucho, escribiendo, pintando con pintura regalada… Y mientras tanto, mirabas al cielo y te rebelabas, pensando: ¿Por qué me despertás esta ambición si no tengo posibilidades?”
LA CABEZA
“Durante esos tres años, del ’67 al ’69, la psicodelia fue lo más importante que me pasó. Yo me considero un hombre de la psicodelia. Imagino que hoy habrá otras experiencias a disposición, que le serán parangonables de algún modo. Pero aquello era otro contexto y otras drogas. Lo que hizo en mí fue abrir mi cabeza, básicamente.”
LOS REDONDOS
“Es que éramos decadentes de verdad, ninguno de nosotros podía pasar por un miembro productivo de la sociedad. Haber sido marginal en serio —política, cultural, socialmente— te dotaba de una cierta fortaleza. Lo que perseguíamos no era una satisfacción epitelial, efímera. En la época que empezamos no había premio alguno, ninguna zanahoria bailando ante tus narices.”
LA MISA
“Creo que lo que inspiró esa cosa religiosa fue, sencillamente, la felicidad de la gente que nos iba a ver. A pesar de que de algún modo pareciese una contradicción, porque la temática que tocábamos, la tensión que producíamos, distaba de ser ligera. Pero la gente salía feliz de los shows. Eso era lo que te quitaba de encima el demonio, no era cuestión de rezar: lo que funcionaba era ir a un lugar donde lo expulsabas de veras, participabas de una experiencia dionisíaca.”
DESPUÉS DE LOS REDONDOS
“Cuando se rompieron Los Redondos, me preguntaban: Y ahora, ¿qué vas a hacer? Y yo iba a seguir haciendo lo mismo, obviamente. Corría el riesgo de ser menos convocante pero no podía cambiar mi esencia. ¡No sé hacer otra cosa, ni de otro modo! Cuando uno vive la vida como la vivo yo, no se toma las cosas con mesura. Mejor que exploten haciendo una canción que poniendo una bomba. Yo no me dediqué a esto para entretener a la gente, para distraerla mientras le meten la mano en el bolsillo.”
EL ROCK
“Yo creo que acá hay mucha gente que vivió la cultura rock sin compromiso profundo. Los platenses éramos meloneros, una fauna pequeña pero interesante. Cuando entrás a escarbar en el melón, descubrís estímulos interminables. Por eso tendíamos a producir un arte disruptivo, irritante. La única revolución que está verdaderamente a tu alcance es lo que hacés de la mañana a la noche, tu manera de vivir.”
LAS LETRAS
“Mucha gente tendía a menospreciar a nuestro público. Pretenden que no pueden entender lo que les estoy diciendo, por eso de que mis letras son crípticas. Pero en los momentos claves de la canción, soy bruscamente claro. Puede que el relato no sea simple, la forma en que voy encadenando imágenes. Pero, cuando llego ahí, cuando digo violencia es mentir, o todo preso es político, o nuestro amo juega al esclavo… Ahí nadie se confunde ni se pierde. Eso es una bandera y así lo entienden.”
WALTER BULACIO
“En mis conciertos, la foto de Walter Bulacio aparece cuando cae el sol y está horas ahí, junto a la palabra justicia. Y aún así dicen: No se acordó nunca más… El que no te acordás sos vos, boludo.”
EL DINERO
“Los que no están a favor de que uno siga infectando la sociedad hablan del millonario, con la intención de separarme de la gente. Como diciendo: Este dice esto, pero es un ricachón. Cuando yo no dije nunca que el dinero era malo. Lo único que distingo es entre los que se lo ganan de forma genuina o no. Si te lo ganaste bien, disfrutalo. Pero doná algo al Garrahan de vez en cuando, turro.”
LA SEPARACIÓN
“Lo que pasó esa noche me sorprendió… Lo único que sé es que seguimos gritando hasta que Skay se fue a la mierda, porque no le gustan las situaciones tensas. No recuerdo si al final dije expresamente Esto se acabó acá, pero me subí al coche… y volví a casa. …Me enfurecí tanto que no daba para volver atrás. Porque esos son los términos en que yo vi y sigo viendo la cosa: para mí fue una traición. Que arruinó un eje de mi vida, algo central. Más allá de Bruno y de Virginia, no me han pasado cosas más importantes: ¡como proyecto de vida, yo fui un Redondo durante casi toda mi existencia!”
EL FUTURO
“Me va a costar convencer a la gente de que no voy a tocar más.Casi nadie quiere creerlo,¿no?»