Cafayate fue sede de un taller de infancias libres. Confluyeron madres que acompañan a sus hijes en el camino de la identidad. Graciela Puchetta, mamá de Tiziana, relató su experiencia en el acompañamiento de su hija trans (A.M.)
En Argentina, desde el 2012, las personas transexuales y transgénero pueden ser anotadas en el registro civil con el nombre y el género de elección, teniendo así un DNI que respete su identidad autopercibida. La ley n° 26.743 garantiza, además, que todos los tratamientos médicos de adecuación a la expresión de género sean incluidos en el Programa Médico Obligatorio. Al mismo tiempo, la ley de Educación sexual integral n° 26.150 garantiza la visibilización de las identidades trans y promueve el respeto hacia la diversidad, estableciendo diferencias en términos de equidad. Hasta ahí, “todo legal”.
Sin embargo, el norte parece ser un territorio cada vez más hostil para la aplicación plena de las leyes que protegen los derechos de todas las personas. Bajo la consigna “con mis hijos no te metas”, un grupo importante de padres, madres y docentes (sostenidos por la iglesia católica), está obstaculizando la aplicación real de la ley de ESI en las escuelas, privando a sus hijos del derecho a recibir información integral sobre la sexualidad. Lo hacen a través de movilizaciones y con el apoyo de legisladores antiderechos como Andrés Suriani y Cristina Fiore, quienes se jactan de “proteger a les niñes de la ideología de género”.
En el otro plano de la realidad, el movimiento que aboga por la información y la libertad está creciendo cada vez más y Salta no es la excepción. El martes 9 de octubre, en el marco de la 2° Feria del Libro Independiente de Cafayate, se brindó un taller denominado “Infancias libres. Miradas diversas sobre la nueva infancia”, contando con una amplia participación de asistentes que comentaban que en el departamento no se aplica aún la ley de ESI y se desconocen leyes como la de identidad de género. El taller comenzó con un video introductorio llamado The Light, de HollySiz. Aunque el video reflejaba la situación europea, desde la organización del taller comentaron a CUARTO que las miradas juiciosas son muy similares en cada realidad territorial.
En el nombre de la hija
Luego fue Graciela Puchetta, la mamá de Tiziana, quien relató su experiencia en el acompañamiento de su hija trans. Graciela contó la dramática experiencia que le tocó vivir a su hija en la escuela a la que iba el año pasado. La exclusión y la vulneración de los derechos de Tiziana le sirvieron como motor de acción para formarse en materia de género, pues de un momento a otro se vio obligada a ser mamá, abogada, psicóloga y militante. La batalla fue librada también al interior de su hogar, ya que algunos miembros de la familia de la niña mostraron mayor reticencia en este camino de acompañamiento a una infancia diversa. Gracias a su empeño, Graciela pudo hacer escuchar la voz de su hija y hoy comenta: “la verdad es que ahora está genial en la otra escuela; lo importante es que es respetada su identidad y eso cambió todo. Ahora es más feliz y hasta subió las notas”.
Su participación en el taller fue crucial, ya que posibilitó que la realidad fuese contada por quienes la viven de primera mano. Al respecto, Graciela consideró importante asistir al taller y contar su experiencia para que otras personas “entiendan que laS infancias trans existen y no es un capricho de une niñe: es algo que sienten y es importante acompañarles para que sean felices”. En el taller, que funcionó a través del diálogo y la escucha de las dudas o sugerencias de les participantes, surgieron temáticas como el rol de la familia y el de la escuela y se discutió la diferencia entre tolerancia, respeto y cumplimiento de leyes. La totalidad de les presentes desconocía como se registra a una persona trans cuando la misma ha decidido no hacer su cambio registral y, por consiguiente, su nombre del DNI no coincide con su nombre de pila. Quienes estaban a cargo del taller explicaron cómo lo establece la ley y repartieron folletería de la FALGBT.
Articulación que crece
El vínculo entre quienes transitan junto a sus hijes este camino de libertad trasciende estos encuentros institucionales. Ana Pérez Declercq (quien participó del taller como parte de la organización) y Emilia Infante, por ejemplo, se conocieron este año e inmediatamente intercambiaron ropa de sus hijes como una forma de ayudarse y reafirmar, para siempre, que ahora estaban al cuidado de niñes que habían decidido por sí mismes. Respecto a estos vínculos Ana, mamá de Mateo de cinco años, sostuvo que “los contactos con otres que tienen a su cuidado un niñe trans o que se proponen una educación no binaria son muy importantes. La forma en que nos fuimos encontrando entre nosotres fue diversa, algunes se contactaron con María Pía Ceballos, porque es una referente en la provincia, otres fue a partir de amigues y, lo que más valoro, son los contactos a partir de encuentros que se realizaron en distintos lugares del país como las jornadas pre-congreso internacional de ESI que se hicieron en Jujuy y en Salta y el Encuentro de Familias diversas que se hizo en Neuquén en diciembre de 2017.En esos encuentros nos conocimos con familias de otros lados y actualmente tenemos un grupo de Whatsapp, compartimos la mirada crítica y culpabilizadora de les otres sobre nuestra tarea de crianza y entonces nos sentimos bien de saber que no estamos solxs ”
En ese grupo está Emilia, mamá de Coty de cinco años. A pesar de haber crecido acompañando a un hermano transgénero, le costó reconocer que su hija era trans. “Hubo un momento clave en el que yo comencé a cuestionarme algunos juegos que tenía Coty. Lo comenté con mi psicóloga y ella me regaló un libro sobre infancias trans. Cuando comencé a leer, no podía creer la cantidad de coincidencias. Eso me llevó a preguntarle directamente a ella, quien me expresó que era una nena” contó Emilia a Cuarto sobre sus historias. Como otras madres, se encontró ante una realidad para la que no estaba preparada y que la obligó a repensar cada práctica cotidiana: “ese día yo volví a parir y Coty volvió a nacer, fue muy fuerte”.
Como casi todas las familias que deciden acompañar las infancias de sus hijes desde la libertad, tuvieron que sortear las tensiones de una temática que está atravesada por la desinformación. Con un nudo en la garganta, Emilia también planteó que el proceso de acompañamiento supone un duelo por aquella persona que crió antes. Sincera y transparente, Emilia no tiene miedo de decirlo pero al mismo tiempo concluye: “pero esto debe ser así, porque ella tiene derecho a su identidad”.
Ana, Emilia y Graciela coincidieron en que faltan todavía espacios de encuentro y asesoramiento para las familias y las infancias diversas. Ni lxs directivxs ni lxs profesionales de la salud en Salta y Jujuy están capacitades para entender la vida más allá del binarismo varón- mujer, deslegitimando cualquier otra forma de existencia. Sin embargo, las tres están dispuestas a romper con estas ideas colonizantes desde cada lugar que ocupan: como madres, como activistas, como profesionales, en encuentros, en sus casas, con sus amigues.
Les niñes se expresan de muchas formas y, desde la voz de estas cuidadoras, queda claro que cada une se reafirma en distintas expresiones: pelo largo, pelo corto, pantalón, vestido, camiseta. Las decisiones de lxs más chiquitxs están permitiendo pensar en nuevas formas de entender la familia, las jerarquías, las formas de enseñar, entre otras muchas prácticas que se resignifican a través de estas nuevas infancias. Ser niñe es, en suma, cosa seria.