La titular del Ministerio de Seguridad realizó una demostración con canes entrenados. Pero algo falló y casi ocurre una catástrofe.
«Vamos a ver cómo me va», dijo Patricia Bullrich antes de someterse a la fiereza de perros de seguridad entrenados contra el delito. Si la frase hubiese sido pronunciada antes de comenzar cada una de sus incursiones en los distintos gobiernos que integró, la respuesta sería la misma que para esta oportunidad. Es decir, mal.
La ministra de Seguridad de Milei, antes funcionaria de Fernando de la Rúa y de Mauricio Macri, no pasó un buen momento. El traje que vestía para protegerse de la durísima mandíbula del perro elegido se soltó, y Bullrich quedó regalada para el can, que finalmente fue controlado por sus entrenadores.
Un susto, nada más, que dejó mal parada una vez más a la ministra que intenta dar muestras de dureza y temple, pero ante la primera oportunidad de conflicto real no pareció ser la más valiente de todas.
JAJSJAJA No puede ser.
— Pampa⭐️⭐️⭐️ (@Pampa139) March 19, 2024