Los jefes provinciales están molestos y sin canales de comunicación con la Casa Rosada. Se niegan a que el gobierno quiera trasladar el costo político de las subas a las provincias y la cerrazón macrista a evaluar alternativas.
Según la prensa nacional, los gobernadores comparan el escenario que quedó configurado la semana pasada con el que precedió el debate de la reforma previsional en diciembre pasado aunque advierten una diferencia: los cambios en las jubilaciones terminaron afectando a los mandatarios provinciales que ahora no están dispuestos a seguir la misma suerte. “Menos, aseguran, mientras el Gobierno no muestre voluntad de considerar alternativas frente al esquema de aumentos”, enfatiza el diario La Nación.
Por eso, los gobernadores del PJ van a apoyar el avance de la discusión en el Congreso, donde el kirchnerismo y el Peronismo Federal, que responde a los jefes provinciales, impulsan proyectos que buscan retrotraer las tarifas a noviembre de 2017 y que no excedan el índice de variación salarial, además de llevar el IVA a 10,5% para los usuarios.
Consciente de ese ánimo, el oficialismo convocó para el miércoles a la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, que preside el macrista Luciano Laspina. Es la única de las comisiones que todavía no emitió dictamen del proyecto que impulsa la oposición contra los aumentos de tarifas. El debate desembarcará en el recinto una semana más tarde.
«Si el Congreso avanza, no vamos a hacer nada para evitarle el veto a Macri. El costo será todo de él», se envalentonan en las provincias. Aunque evalúan ese escenario, en la Casa Rosada confían en que entre los gobernadores «terminará ganando la cordura», como dijeron a LA NACION desde el Ministerio del Interior.
Según el mismo medio, el enojo de los gobernadores es profundo y en ello mucho tuvo que ver el pedido público de Macri para que eliminen los impuestos provinciales de las tarifas y, peor aún, que María Eugenia Vidal le “hiciera la segunda» enseguida con un anuncio en ese sentido. «El circo de Vidal» lo llaman. «Cobró los impuestos solo dos meses y ahora quiere quedar como una heroína. Es el colmo. Además, con lo que va a recibir por el Fondo del Conurbano… así baja impuestos cualquiera», se quejó un ministro de Hacienda del centro del país. Hablaba de los $40.000 millones que Buenos Aires recibirá este año por la desaparición del Fondo del Conurbano.
El encono de los gobernadores tiene otra arista: la repetición de una mecánica de toma decisiones que los excluye. «No es la primera vez que nos dejan afuera y después pretenden transferirnos parte del problema. No tenemos por qué hacernos cargo de un esquema de aumentos que el Gobierno decidió sin consultarnos absolutamente nada», graficaron cerca de un gobernador experimentado.