lunes 29 de abril de 2024
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La inteligencia artificial como mecanismo de control

Tras las burlas y los memes, el plan que Urtubey dice implementar en Salta para prevenir embarazos empieza a analizarse desde una óptica distinta: los errores metodológicos del ministerio de Primera Infancia y la posibilidad de controlar a sectores vulnerables.

Todos recuerdan cuando el gobernador de Salta anunció en el programa “El Diario de Mariana” el plan piloto del Ministerio de la Primera Infancia de Salta para prevenir con cinco o seis años de anticipación y con nombre, apellido y domicilio cuál es la niña, futura adolescente, que está predestinada a tener un embarazo adolescente. A la obvia catarata de burlas y memes le siguieron también palabras como las de la socióloga Dora Barrancos que aseguró que Urtubey padecía de una alucinación.

Una nota publicada hoy por la periodista de Página 12, Irina Sternik, aborda el tema desde una óptica distinta a partir de que se viralizara el plan piloto que lleva adelante el Ministerio de Primera Infancia de Salta cuyo archivo – disponible aún hoy en internet – cuenta cómo a partir de una base de datos de 200.000 residentes de Salta con más de 12.000 mujeres de entre 10 y 19 años crearon modelos predictivos a partir de los siguientes datos: edad, barrio, etnia, país de origen, presencia o ausencia de discapacidad, agua caliente en el baño y si el jefe de hogar abandonó estudios.

“La gravedad del documento y los dichos de Urtubey llevaron al Laboratorio de Inteligencia Artificial Aplicada (LIAA) de la UBA a analizar el caso de estudio mencionado y llegaron a la conclusión de que la propuesta tiene problemas metodológicos y datos pocos confiables que plantean el riesgo de tomar medidas incorrectas a los responsables de políticas públicas”, enfatiza la publicación de Sternik quien aclara que según los científicos de la UBA los datos que produjo y centralizó el ministerio de la Primera Infancia están sesgados, son confidenciales, de difícil acceso y “tienen el riesgo de incluir más embarazos adolescentes en ciertos sectores de la sociedad que otros”.

Luciana Ferrer, investigadora de LIAA, explica que el gobierno salteño comete un error técnico: “Lo que los llevó a hacer algo así como trampa en un examen pero creemos que fue sin darse cuenta. Evaluaron el modelo de predicción en datos que ya habían usado para aprender. Es equivalente a memorizarse las respuestas previamente. Cuantas más hayas aprendido, mejor te va a ir, pero eso no implica que hayas aprendido mucho sobre el tema”.

El segundo error es que, con los datos que tienen, no están prediciendo embarazos a futuro, si no los ocurridos en el pasado o actualmente en curso: “Finalmente, está el problema del sesgo en los datos. Se está asumiendo que las encuestadas declararon la verdad sobre si habían estado embarazadas o estaban embarazadas en ese momento. En un tema tan delicado como el embarazo adolescente, sería cauteloso asumir que muchas adolescentes mintieron, sobre todo si abortaron. Esto implica que, al usar estos datos, estaremos aprendiendo información sesgada, influenciada por factores como cuáles sectores de la población tienen más facilidades para abortar o en qué sectores es más tabú quedar embarazada en la adolescencia y por lo tanto es algo que la adolescente escondería”, aclara Ferrer.

La periodista de Página 12 se comunicó con el Coordinador de Tecnología del Ministerio de la Primera Infancia, Pablo Abeleira, quien declaró que “es entendible el informe de la UBA” porque se basa en un informe que le aportó Microsoft y según el funcionario el ministerio del que forma parte no se quedó con ese “modelo y seguimos con consultas con ellos, lo fuimos mejorando y lo seguimos entrenando con datos nuevos”. Justamente allí aparece el otro peligro: el gobierno produce información sobre la población que no difunde. Pablo Abeleira indicó que los relevamientos que realizan casa por casa son geoposicionados “tienen nombre y apellido porque firman un consentimiento, pero toda la información es confidencial y está codificada. Nunca se puede saber de qué persona se está hablando”.

Según el artículo publicado hoy, la información está alojada en la nube de Microsoft con certificación internacional con jurisdicción en la Argentina, como indica la ley de Protección de Datos Personales: “Los datos de niños, niñas y adolescentes consultados pertenecen a poblaciones que tienen resguardos en la ley por su pertenencia a un grupo vulnerable que tiene que tener protecciones especiales. La ley 25.326 regula con mayor severidad la manipulación de datos sensibles, como la salud reproductiva de las niñas, la pertenencia o no a una etnia. Los datos sensibles que se manejan en esta base de datos tienen que ser estrictamente custodiados, no puede haber transferencia transfronteriza de datos a jurisdicciones con menores protecciones de datos que tiene la argentina, como Estados Unidos” explica Beatriz Busaniche, presidenta de la Fundación Vía Libre.

El programa para prevenir el embarazo adolescente es una iniciativa del Gobierno de Salta en colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef), Microsoft, Techo para mi País y Conin, cuyo titular, Abel Albino, se opone públicamente al aborto, al sexo, a la masturbación y quien hace 38 años pertenece al Opus Dei. Para Albino, el único método anticonceptivo viable es “cerrar las piernas”.

Finalmente, el informe termina recordando que Salta tiene un 33,2% de la población está en la pobreza y un 6,7% en la indigencia; una tasa de mortalidad materna escala a 8,1 fallecimientos cada 10.000 nacimientos y un 2,85% de las madres son menores de 14 años. El problema, entonces, está en “la falta de acceso a una educación sexual temprana e integral, las relaciones desiguales de poder entre los géneros, la falta de servicios de salud amigables, la imposibilidad de acceder a la interrupción legal del embarazo cuando así lo hubieran solicitado y la situación de pobreza en la que generalmente viven exponen a estas niñas y adolescentes a un embarazo infantil forzado y a una maternidad temprana no buscada”, según indica el informe de UNICEF “Embarazo y Maternidad en Adolescentes y Menores de 15 años.”

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