El ex arquero Jorge D’Alessandro dijo que el pequeño de nuestra provincia que vive en Europa, de diez años de edad, «es un director de juego» que puede tener mucho futuro en el deporte.
Siguen los elogios para Pedrito Juárez, el salteño de diez años de edad que juega en las inferiores del Barcelona de España y es visto como una promesa del fútbol. Esta vez, los comentarios llegaron de una voz muy autorizada. Nada menos que de Jorge D’Alessandro, el ex arquero argentino que hoy vive en Madrid y que se convirtió en uno de los comunicadores deportivos más reconocidos de ese país.
«Estuve en un torneo de la categoría 2014 el otro día, ganó el Barcelona, una cosa de locos cómo juega. Hay un chico argentino espectacular; por cierto, ya informé a la AFA para que estemos atentos y que no se nos escape el chico, que no nos lo quiten. Es salteño, un centrocampista», dijo D’Alessandro en una entrevista con el periodista Diego Yudcovsky.
Para D’Alessandro, Pedrito «es director de juego, mueve los muñecos, es un chico que tiene un don». Y agregó que no tiene sentido compararlo con Lionel Messi, ya que juegan en posiciones diferentes. «No comparemos con Messi, es un jugador de fútbol total, Tiene una visión periférica del juego, un chico con esa capacidad de toma de decisión y de verificar en cada momento cuál es el pase idóneo… Eso es un don. Estamos ante un jugador de futuro», dijo.
Pedrito nació el 17 de febrero de 2014. Es hijo de una familia trotamundos que llegó a Catalunya y enseguida fue captado por el Barcelona. El año pasado, el diario La Nación replicó un informe de El Tribuno sobre la historia de Gonzalo y Agustina, quienes estudiaron juntos en la Universidad de Maine (EEUU). “Él llegó con una beca deportiva como jugador de “soccer” y ella como psicóloga. Al tiempo se casaron, se fueron a vivir a Suiza y luego de dos años regresaron a Salta, de donde él es oriundo. ‘Acá tuvimos dos hijos, a Santiago, el mayor, y a Pedro, el más chico’, contó alguna vez Gonzalo Juárez”, destacaba el medio nacional.
En 2016, cuando Santiago tenía seis años y Pedro todavía no había cumplido tres, la familia Juárez volvió a Estados Unidos, a Silicon Valley, porque Gonzalo y su hermano Sebastián buscaban fondos para continuar desarrollando la start-up tecnológica que juntos crearon en Argentina.
Para facilitar la integración al nuevo entorno del mayor de sus hijos, su papá Gonzalo se sumó como entrenador del equipo de fútbol del colegio, en el que “Pedrito” –con casi tres años– se colaba en los partidos y deslumbraba con su temprana habilidad. “Con solo tres años el más chico de la familia se sumó a un pequeño equipo de San José, donde vivían, integrado en su mayoría por latinos, que jugaban en forma competitiva con chicos más grandes que él”, resaltaban.
A mediados del 2020 los Juárez se mudaron a Catalunya porque el padre de familia colaboraba con una empresa alemana, mientras que Agustina, que es psicóloga, esta matriculada allí. “Al llegar a Barcelona, y antes de anotarlo en el colegio, sus papás encontraron un lugar para que Pedro, ya de seis años, jugara al fútbol. El Atlétic Sant Just fue el equipo que lo recibió, pero a los pocos días, los buscadores de talentos del Espanyol y del Barcelona lo fueron a observar, informados por los entrenadores de su nuevo club”.
Al poco tiempo La Masía –la legendaria fábrica de jugadores del Barcelona a la que llegó Messi– se convirtió en la nueva casa de Pedro, que es un apasionado de Lionel y fanático del Barça. “Duerme con la foto de Messi, con una pelota de Messi, y cuando llegó al Barcelona estaba muy ilusionado porque lo iba a ver. Fue una desilusión que se haya ido al PSG, pero él sigue soñando con conocerlo personalmente, Messi es todo para Pedro”, contó Gonzalo al diario salteño.
En 2021, cuando Pedro tenía siete años, un video se viralizó a través de las redes sociales y “el nuevo Messi” se hizo famoso. La imagen de Pedrito arrancando desde el centro del campo, eludiendo a casi todo el equipo contrario y convirtiendo el gol que le dio la victoria a su equipo frente a Sant Vicenc dels Horts viajó por el mundo. “La decisión con la que encara a los contrarios, su velocidad y la gambeta alimentaron la idea de que en Barcelona hay un pichón de Messi”, destacaba el informe.
