martes 14 de mayo de 2024
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Héctor Chibán | El «loco» que pide que los diputados oficialistas salteños salgan de la “burbuja de irracionalidad”

El legislador, que en la última sesión advirtió que todo terminaría en un escándalo, habló con CUARTO sobre los motivos políticos de la desmesura y de cómo emerge una oposición con comunes denominadores. (Daniel Avalos)

Hasta hace no mucho tiempo a Héctor Chibán lo trataban de «loco». Era el recurso lingüístico al que echaban mano funcionarios y legisladores del oficialismo para descalificar las supuestas extravagancias discursivas del diputado de la UCR. El martes pasado, Chibán personalizó la razón en una sesión en donde el oficialismo protagonizó un debate de manicomio. Medios y periodistas sintieron la obligación de sentar posición ante lo ocurrido: legisladores a los que uno cree informados sobre las problemáticas de los salteños mientras transcurre lo peor de la pandemia se negaron a debatir lo relacionado con ello para entregarse a monólogos de inmigrantes italianos, ovnipuertos y peregrinos. Chibán pidió la palabra y con un hablar pausado y ademanes sobrios advirtió que la lamentable glorificación del absurdo devendría en escándalo.

A la hora de entrevistarlo, le pido que con la mano en el corazón me confiara si a la hora de la advertencia pensó que lo desopilante adquiriría las dimensiones que finalmente tuvo. Me asegura que sí: “Era un papelón tan grande que de inmediato se los advertí. Es más, ellos ya lo venían verbalizando. Los referentes de los dos bloques oficialistas decían ‘sabemos que mañana alguna prensa dirá…’. ¿Alguna? Me preguntaba yo. Sabía que sería terrible. Se negaron a hisopar a nuestros médicos. Es como que en medio de una guerra se nieguen a enviar cascos a nuestros soldados. Te aclaro que me disgusta comparar una guerra con esto que vivimos porque se cometen muchos atropellos por el discurso belicista, pero te hago la comparación para graficar la barbaridad. ¡Cómo en este momento no le vas a dar las medidas de bioseguridad a los profesionales! Hay que hacerlo por una cuestión ética, pero también por estrategia. Se negaron a eso, se negaron a debatir el pase a planta permanente a nuestro personal de salud precarizado, tampoco quisieron tratar la emergencia cultural, cajonearon el proyecto para intervenir el municipio de Aguaray en donde se chorearon un gasoducto. Y sin desmerecer a los inmigrantes italianos, a los peregrinos y a los admiradores de ovnis, se largaron a discutir esas tres cosas. No iba a ser gratis”.

El adjetivo “loco” empieza a emplearse cada vez menos con Chibán. Tiene sentido. Se trata de un recurso con el que los “normales” quieren dejar en claro que el señalado actúa sin perseguir deseos y ambiciones de carácter político. Ahora la cosa cambia. Chibán va dejando en claro que posee claros y factibles propósitos políticos, pero también se atreve a tratar de explicar la irracionalidad del oficialismo parlamentario.

“Creo que en Salta tiene que ver con un grupo al que la irracionalidad lo ha desbordado. Y cuando algunos le decimos ‘ojo, no salgamos de la racionalidad de la ley’, les cuesta entender. No es que yo me quiera adjudicar la vara de lo normal, lo que digo es que existen parámetros para medir la racionalidad y la irracionalidad. Mi parámetro es la ley. Buena o mala, pero en las sociedades avanzadas así funciona. No es la ética de tu religión o la ética de mi laicismo, es la ley. Bueno, hay gente que evidentemente no lo ve a eso como un parámetro. Y cuando esa gente pierde todos los límites, creen que todo es gratis y no lo es. Ejemplo: nuestra carta magna proclama a la República como forma de organización y entre ello está la publicidad de los actos de gobierno, pero hay gente que considera que todavía pueden ser privados esos actos de gobierno. Por eso pasó lo que pasó el día martes. Sí te digo que para Salta el 1° de septiembre del 2020 será una fecha histórica: el papelón que vivió la política salteña y que fue registrada acá y a nivel nacional, le tiene que hacer bien a la política y consiguientemente a todos los salteños».

– ¿A qué atribuye que el oficialismo parlamentario se haya divorciado tanto de los problemas de los salteños de carne y hueso en una coyuntura tan dramática como esta?

– Chibán: Al proceso de degradación que te voy explicando. La élite política y económica que gobierna esta provincia desde hace más de tres décadas, avanza de tal manera que ha minado el sistema electoral y coptó totalmente el sistema de control interno que prevé la constitución. Lo último ocurre con el poder legislativo al que controlan a sablazos; la Auditoría General de la Provincia está integrada por cinco militantes de muy baja calidad moral e intelectual; y por supuesto también controla la Justicia que hasta se precia de no ser independiente. Corrieron los límites hasta tal extremo que esta élite cree que todo le es gratis, que nadie los mira. Entonces llega un momento que la impunidad es tan obscena que finalmente quedan desnudos en medio de una avenida. Ahí claro que todos los miran. Insisto, eso fue lo que pasó el martes pasado en la legislatura. Se los advertí apenas pasó. Les dije ´ya están sacando en los medios las macanas que están haciendo´. Tienen que salir de la burbuja de irracionalidad.

– Usted dice que el 1° de septiembre es un hito. Un quiebre supone varias posibilidades nuevas, pero a la vez como salteños estamos acostumbrados a esperanzarnos sin que luego nada ocurra. ¿Cuánto va a tener que hacer la oposición para que la direccionalidad posible nos lleve a algo más deseable institucionalmente?

– ¡Qué pregunta! Mirá el caso de San Lorenzo. Un intendente que tiene mucha legitimidad de origen porque fue elegido ampliamente por el pueblo y legitimidad de gestión, trata el tema del emprendimiento inmobiliario de “Los Maitines”. Luego convierte la Audiencia Pública – que debe ser presencial – en una por zoom. La gente se muestra entonces sumamente disconforme porque ve que en nombre de la pandemia avanzan en cosas que sólo le interesa al Poder político y económico. Y entonces la gente dice no. Organizamos el bocinazo que fue un éxito sin violar las normas sanitarias. ¿Qué te quiero decir? Que acá no es solamente la dirigencia la que tiene que tener cautela y razonabilidad para conducir este proceso, sino que depende fundamentalmente de los salteños y su disposición a manifestar nuestro disgusto por las cosas que nos pasan que son gravísimas. Si entre todos hacemos el ejercicio de decir «esto nos disgusta» y perdemos el miedo, veremos cuan y qué dirigentes están dispuestos a manifestar y encauzar el reclamo de la sociedad. Si no hay reclamo de la sociedad, ahí sí los dirigentes quedamos pedaleando en el aire como loquitos porque no representaríamos a nadie.

– El año pasado se glorificó a la nueva política y hubo muchos candidatos jóvenes que hicieron campaña criticando a la política y a los políticos. Llegaron varios cultores jóvenes de la antipolítica, aunque no oxigenaron en nada el funcionamiento de lo público. ¿Coincide con la lectura?  

– Coincido, pero analicemos. Sostengo que la política de Salta encriptada forma parte de esa élite política de la que hablamos y nos sustrajo la democracia. Ahora, ¿cómo te paras ante esa elite política? ¿La vas a criticar o te vas a subsumir a ella? Hasta el 1° de septiembre del 2020, esta gente dijo «Gustavo Sáenz conducción». Se metieron en las huestes de un verticalismo agobiante y agraviante. Creería que tras ver lo ocurrido el martes cuando, al otro día, el propio gobernador se desmarca de ellos y hasta el senado – la histórica cámara de los Lores – se muestra permeable a las críticas del pueblo que se manifestaron a través de la prensa y las redes sociales, esos chicos van a preguntarse si se quieren hundir en el buque al que los metieron. Si tenés dos dedos de frente, vas a hacer eso. Y si no seguirán hasta bien adentro del cementerio.

Por otro lado, quiero decirte que la política no es mala. El 1° de septiembre vimos las virtudes de la política. Fue la oposición que expresaba los reales deseos de la gente la que le impuso la agenda al gobierno. ¿Qué es la política en democracia? Conquistar y convencer. Y si no podés lograrlo, que el pueblo le haga saber al Poder que los está mirando y que no le va a sacar la mirada de encima. Todo eso se hace con política. En ese marco, los políticos son necesarios. Sé que hay muchos que solo persiguen intereses particulares, pero no son todos. Hay gente que con pasión y humildad empuja. La política es hermosa. Es la herramienta con la que evolucionan los pueblos. Te aseguro que cuando la política deja de hacer política, los pueblos involucionan. Las guerras han llegado como consecuencia del fracaso de la política, de cuando se deja de convencer y conquistar.

– Aun cuando resulte odioso hablar de cuestiones electorales en medio de todo esto, quiero preguntarle sobre la situación partidaria de cara a lo que se viene el próximo año, que es electoral.

– El partido radical viene muy bien. Estoy en contacto permanente con todos los concejales y dirigentes del interior. Hay mucho orgullo de mucha gente de la UCR. De haberse bancado décadas enteras de desamparo. Gente que se bancó en no irse cuando Juan Carlos Romero ofrecía dadivas enormes, gente que se bancó no irse cuando Juan Manuel Urtubey ofrecía dadivas igualmente enormes, y gente que se banca hoy no irse cuando el gobierno actual ofrece lo mismo.

– La última. En estos momentos de crisis de los partidos políticos no es raro que ciertas figuras desarrollen identidades que no tienen la forma de un partido. ¿Cree que hay gente que puede identificarse con usted y no necesariamente con la UCR?

– Con mucha modestia y mucho orgullo siento que estamos ayudando mucho a que la gente pierda el miedo. Eso es fundamental. Sino, todo lo que hablamos, criticamos y hasta denunciamos queda en el aire. Por ese lado, creo que sí nos estamos referenciando como personas que expresan los anhelos e intereses de la gente que todavía no puede o no sabe cómo decirlo. Puede verse que surge la pérdida del miedo en la sociedad. Podrá ser algo muy chico aún, pero ese proceso ha comenzado.

También me siento orgulloso por otra cosa: estamos formando una oposición muy plural que se consolida en ideas. Porque hay oposición por la oposición misma que nunca sirve; o podes tener una oposición que tiene una mínima agenda de comunes denominadores. Siento así a la oposición de la que formo parte: bien variopinta, pero con comunes denominadores. Eso para Salta es muy interesante y absolutamente novedoso. Para mantenerse, el régimen siempre atomizó a la oposición; para que el régimen se vaya es crucial una oposición con mínimos comunes denominadores.

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