La planta será explotada por una empresa por 20 años y comenzarán a pagar un canon recién en el cuarto. Sindicalista repudió a ediles que votaron a favor y resaltó el caso de uno que se embandera en el eslogan “Estado presente”: Facundo Guzmán.
Además de entretener, los cafayateños experimentaron en 2016 que la Serenata a Cafayate también aportaba beneficios concretos. Tras lograr un superávit de $1.900.000, el intendente Fernando Almeda decidió comprar una máquina adoquinera valuada en 2,1 millones. Un año después, se destinó la ganancia de la versión 2017 (medio millón de pesos) para la compra de una máquina autoelevadora. El montaje de la planta supuso finalmente una inversión de $3.200.000.
La iniciativa no estuvo exenta de complicaciones, pero lo cierto es que allí trabajaban diez empleados municipales, se fabricaban adoquines para las calles del pueblo y también para la venta a municipios vecinos. Una ordenanza del Concejo Deliberante local que contaba con el guiño del propio intendente cedió la unidad productiva a una empresa privada. El Secretario General de ATE Cafayate, Cristian Haviar, lamentó la situación.
“Hace tres años se compró esa maquinaria con un saldo a favor que había quedado de la realización de serenatas. Para nosotros fue una alegría, pero ahora nos damos con una sorpresa: esa planta fue cedida en comodato por 20 años a una empresa privada que sería de la familia Lavaque. Son tres años de gracia en donde la empresa no pagará nada para poder poner en funcionamiento y luego de esos tres años pagaran un monto de 150 mil como un alquiler. No tengo nada en contra de los privados, pero si teníamos una planta propia, podíamos brindar trabajo a gente de Cafayate y vender adoquines a los demás municipios, no le encuentro beneficio a privatizar la planta”, destacó el sindicalista en el programa CUARTO OSCURO que se emite por FM La Cuerda (104.5).
Consultado si la cesión se hizo a través de ordenanza o resolución del ejecutivo municipal, Haviar precisó que se hizo con ordenanza del Concejo Deliberante. “Acá son siete y cuatro votaron a favor: Facundo Guzmán, Jorge Guantay, René Condori y Adrián Torres fueron los ediles que aceptaron que la empresa no pague el uso de las máquinas por 3 años y fijar el valor de $150.000 mensuales por los 17 años restantes”. Haviar puso especial énfasis en el primero de los mencionados a la hora de hablar. “Guzmán responde a los intereses de La Cámpora, siempre habla de lo nacional y popular, del Estado presente, del Estado como industria, pero votando a favor de la privatización de la planta adoquinera. Acá el camporista supuestamente dona su sueldo todos los meses, entrega azúcar, yerba, un kilo de harina en algún barrio pobre, pero privatizó la adoquinera municipal. Acá te das cuenta que en la práctica no es lo que dicen”, remarcó.
Puesto a opinar sobre cómo era el funcionamiento de la planta habida cuenta que quienes privatizan siempre argumentan que trabajaba mal, el sindicalista resaltó que con el tiempo empezaron “a haber algunas fallas porque supuestamente se había comprado una maquina nueva y luego resultó usada; afiliados nuestros nos contaban que se necesitaba un técnico especializado en una máquina de hacer adoquines, persona con la que no contaban. Había algunas falencias, pero algo que podía haber generado mucha mano de obra, de la noche a la mañana aparece una ordenanza que la cede rápidamente me parece que algo hay escondido allí”, aventuró.
Sobre los diez trabajadores municipales que se desempeñaban en el lugar, Haviar dijo que fueron trasladado a otras secciones del municipio. «Están trabajando en la parte de recolección y en algunos lugares de obras públicas».
