Noviembre supone el comienzo de una pesadilla para cientos de familias que deben entregar sus piezas a propietarios que prefieren destinarla a los turistas. Los afectados reclaman que se entreguen los lotes que ya fueron comprometidos por el IPV.
El reclamo es simple: la entrega de lotes sociales comprometidos por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) en diversas oportunidades. El senador provincial por ese departamento – Sergio Saldaño – se mostró convencido de que el compromiso asumido se cumplirá, pero las familias que padecen los problemas habitacionales no son tan optimistas y piden acelerar los tiempos de entrega.
Según declararon a la sección local del diario Página 12, las tierras que reclaman fueron donadas por Marcelo Córdova, un funcionario provincial que trabaja en el área de Asuntos Indígenas. Córdova confirmó al medio citado que donó unas siete hectáreas enfrente del Aeródromo de Cafayate para el desarrollo urbanístico y otras dos para un club deportivo. “Solo faltaba hacer la escrituración, que estaba en manos del IPV”, manifestó.
No obstante, las y los vecinos están preocupados porque la entrega de esos terrenos debía concretarse el 25 de septiembre pasado. Según dijeron, el presidente del IPV, Gustavo Carrizo, había comprometido la entrega de lotes a las 154 familias que quedaron fuera de una entrega anterior que se concretó en el año 2019. “Voceros del grupo aseguraron que Carrizo les eximió de la exigencia de actualizar la carpeta que tienen ingresada en el IPV. Pero en la reunión del 25 de septiembre, los representantes del organismo les dijeron que las carpetas estaban caducas por falta de actualización. Frente a esta situación decidieron que se van a mantener en la protesta hasta que Carrizo se presente y dé soluciones” destacó el medio citado.
“La mayoría de las familias alquilan y a fin de año les piden desocupar los lugares para el turismo”, dijo el representante de Resistencia Kallchaquí, René Alancay, al resumir la situación que atraviesa estas personas que necesitan de un lote social. El costo del alquiler de una pieza con baño compartido “es de 40 mil pesos por mes”, contó a su vez Valeria Guanca, otra de las vecinas que decidió encadenarse.
Guanca confirmó que al llegar noviembre “empiezan a pedir que se desocupe el lugar hasta marzo o abril recién, cuando volvés a conseguir algo”. Y es que los locatarios pueden ganar más al alquilar los inmuebles por día a quienes van de vacaciones hasta la tierra vallista. “Terminamos amontonados en las casas de familia, hermanos o los padres”, graficó Guanca.