El candidato macrista obtuvo el segundo lugar en la categoría senador pero muy por debajo de sus expectativas.
Martín Grande paga el costo de un desempeño que lo tuvo más tiempo obedeciendo los designios del macrismo porteño que siendo el «cadete de los salteños» como había prometido. Primero debió olvidarse de su experiencia nacional y conformarse con una candidatura en la provincia. Ahora, llegará a la Legislatura tras una elección intrascendente que demuestra la baja sintonía que mantiene con la sociedad local.
Grande cosechó 43.135 votos, 17.48 por ciento, en la categoría senador por el departamento Capital. El representante del macrismo reduce de esta manera en un gran nivel el apoyo que recibió en 2017, cuando rondó los 120 mil votos para acceder a su banca de diputado nacional.
No es casualidad este desempeño. Grande desaprovechó el fuerte apoyo que logró conseguir. Lo despilfarró en base a posturas más pendientes de los intereses del macrismo porteño que de la vida cotidiana de los salteños.
Fue, más bien, un diputado nacional de mucha labia en los medios y poca actividad en el Congreso. Un dato lo demuestra de manera contundente: en nueve meses, Alcira Figueroa, reemplazante del despedido diputado nacional Juan Ameri, presentó más proyectos que Martín Grande en cuatro años.
Grande sólo presentó unos cinco proyectos por año desde que fue elegido diputado en 2017. Se la pasó oponiéndose a todo lo que tenía algo de color kirchnerista. Incluso fomentó la anticuarentena y se mostró en contra de las restricciones. Lo hizo con movilizaciones, actos presenciales y virtuales y encendidas proclamas que atacaron la vacunación y fomentaron el consumo de sustancias no aprobadas, como el dióxido de cloro.
Durante la campaña, curiosamente, Grande no realizó demasiados movimientos. Su intransigencia y capacidad de movilizarse por las calles de Salta se apagaron a la hora de fomentar su candidatura a senador provincial. Sí se ató a los discursos de Patricia Bullrich, pendiente de armar un electorado fuerte para disputar la presidencia en 2023. Lo hizo con la fuerza de un militante más. Tanto que se olvidó de todo lo demás. Mientras tanto, los salteños parecieran empezar a olvidarse de él.
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